El nombre de Romain Grégoire (Besançon, Francia, 2003) comenzó a sonar en el primer mundo ciclista durante 2022, conforme el joven corredor galo fue sumando éxitos en su primer año como sub-23. Militaba en el equipo filial del Groupama-FDJ y ganó, entre otras cosas, sendas etapas del Tour del Porvenir y del Girino de Italia, además de la Lieja-Bastoña-Lieja de la categoría. Visto lo visto, a los rectores de la escuadra gala no les tembló el pulso a la hora de promocionarle ipso facto al plantel del World Tour, donde ha seguido acreditando pasos adelante. “Esta es mi segunda temporada como profesional y en solo dos meses he notado que mi nivel ha subido respecto al pasado curso”, reflexiona al sol de Irun, justo antes del reconocimiento matinal de la crono.

Grégoire completó ayer los diez kilómetros de recorrido en 13:02 y ocupó la 19ª plaza en la primera jornada de la Itzulia, circunstancia que no le preocupaba lo más mínimo antes de la prueba. “Es cierto que en la Tirreno-Adriático terminé 13º de la general, una buena posición, pero aquí hemos traído a David Gaudu y él es nuestro líder para la clasificación. Si tengo alguna oportunidad, yo intentaré buscar un triunfo de etapa”, explica el galo respecto a sus ambiciones en una carrera que precisamente hoy se adentra en Iparralde. “Tampoco me importa mucho. De hecho, creo que las carreteras de Euskadi se adaptan muy bien a mis características. Estoy muy contento de estar aquí de nuevo”.

Con permiso de los 'capos'

Este clasicómano en potencia dice “de nuevo” porque ya sabe lo que significa competir en Euskal Herria. Lo hizo el año pasado en la propia Itzulia, en la Donostia Klasikoa y en la etapa de la Vuelta a España con meta en Lekunberri. “Me encanta el ambiente que se respira en las cunetas. Los aficionados vascos animan mucho y a todos los corredores por igual”, generando una atmósfera en medio de la cual Grégoire espera poder desafiar a los grandes capos del pelotón. “Aquí las victorias están caras, porque el nivel es altísimo y los favoritos están delante en prácticamente todas las etapas. A ver este año...”. Con esa coletilla final, Romain deja caer que el trazado de 2024, menos duro a priori, puede resultar más propicio para la intentona. La primera oportunidad se le presenta esta misma tarde, en el engañoso sube y baja de camino a Kanbo.

“Siento que en este 2024 he dado un paso adelante”, insiste el francés, “aunque no haya ganado todavía”, puntualiza enseguida. Vio cómo Juan Ayuso le birlaba sobre la bocina la victoria en la Faun-Ardèche Classic (2º). Ofreció luego un buen nivel en Laigueglia (11º). Y se mostró finalmente muy regular durante una Tirreno-Adriático a la que el Groupama-FDJ acudió sin un líder establecido, de ahí que a Grégoire le tocara asomar la cabeza en la general. En cualquier caso, todo lo competido hasta la fecha, incluida la propia Itzulia, queda en poca cosa si lo comparamos con “el gran objetivo de esta primera parte de la temporada”. El ciclista francés se refiere así al próximo tríptico de las Ardenas, fase del calendario que afronta con especiales ganas. “El año pasado ya lo tenía en el programa, pero me puse enfermo y no pude acudir”.

El perfil de corredor de Romain convierte a este en un prototipo casi perfecto para rendir en Amstel, Lieja e incluso Flecha Valona. Así lo acreditan también los resultados que cosechó durante su única campaña como sub-23: la citada victoria en La Decana, un triunfo en la Flecha Ardenesa e incluso una segunda plaza en la general final del prestigioso Alpes Isère Tour. Semejante compendio de clasificaciones habla de un ciclista rápido, explosivo y que supera con el pelotón las subidas relativamente largas, retrato robot que se ajusta perfectamente a la Itzulia. Si durante estos próximos días asoma en posiciones cabeceras un maillot azul oscuro, podría ser el de un Grégoire significativo cuando se refiere a la competencia. “No es que a la Itzulia vengan solo grandes especialistas en generales, es que vienen igualmente los mejores puncheurs”. Él también lo es. Y de los buenos.