El de Leitza ha sido un final de MotoGP, donde contaba muchísimo la habilidad de cada uno en el descenso y también qué esté dispuesto a arriesgar cada corredor. Ha sido una llegada loca. Todos éramos conscientes de que la bajada era complicada y eso ha hecho que hubiera una gran lucha para ganar la posición. En los últimos kilómetros se ha volado. En el descenso hacia Leitza ha habido algún corte y varias caídas. Entre los favoritos, a Enric Mas le ha pillado un corte en el descenso y se ha dejado 11 segundos. Daniel Martínez ha padecido una avería y ha perdido medio minuto. En una Itzulia en la que cada segundo cuenta, perder algo de tiempo lo complica todo y el colombiano ha perdido demasiado. El que ha salido ganando ha sido Mikel Landa, que ha atacado desde muy lejos, en Saldias. Ha demostrado que está muy fuerte porque ha abierto un hueco muy bueno. Se estaba subiendo a un buen ritmo en el grupo y Landa ha hecho hueco rápido. Gracias a ese ataque ha podido bonificar tres segundos. También Gaudu ha bonificado en meta. En cuanto a nuestra etapa, chapeau para Txomin Juaristi, que ha sido capaz de entrar de nuevo en la escapada del día. Le ha tocado pegarse otra paliza, pero nos ha dado mucho protagonismo y ese era el primero de los objetivos para nosotros. El segundo era intentar que Gotzon Martín estuviera cerca de los mejores en la parte final, cuando se encaraba el descenso a meta. Finalmente ha podido entrar con el grupo cabecero. En general, la etapa ha sido muy nerviosa. El hecho de saber que el peligro estaba en los descensos, ha tensionado al pelotón una vez se ha cogido a los escapados. A partir de Uitzi, la carrera se ha acelerado y de cara al final se ha ido muy rápido. La llegada a Leitza le ha dado aún más velocidad al final de la segunda etapa de la Itzulia. La meta que nos espera en el repecho de Villabona, con rampas del 26%, en la tercera jornada nos situará frente a otra realidad bien distinta a la de Leitza.