La Itzulia 2023 arrancó el lunes con su etapa alavesa y ha continuado este martes con la jornada navarra de la presente edición. Este miércoles, mientras, Gipuzkoa toma un testigo que cederá el jueves y el viernes a Bizkaia, pero que recuperará el sábado para el desenlace en Eibar. De momento, el primer plato a degustar consiste en 162,8 kilómetros de recorrido entre Errenteria y Villabona, dentro de un trazado que apunta a deparar las primeras diferencias relativamente importantes entre los favoritos. El terreno que espera a los Vingegaard, Gaudu, Enric Mas y compañía resulta duro y nervioso, con un muro final de rampas imposibles ante el que parece una utopía pensar en una llegada conjunta: se picarán segundos los unos a los otros.

La etapa arranca a las 13.12 horas con la salida neutralizada en la Avenida de Navarra de Errenteria, y cuenta con dos partes muy distintas entre sí. Los primeros 92 kilómetros, los previos al esprint intermedio de Villabona, apuntan a tranquilos, por mucho que incluyan la subida a Andazarrate (Aia) desde Zarautz. A partir de entonces, mientras, la etapa se introduce en territorio minado, prácticamente sin un metro llano y adentrándose además en pistas vecinales, asfaltadas pero estrechas y con pendientes importantes. En este sentido, cabe destacar un tríptico final previo a la llegada, con subidas a la sidrería Sarasola (Asteasu), a Zizurkil por la carretera del cementerio y a Aduna. Estas ascensiones sembrarán de cansancio las piernas de los corredores, antes de la guinda, la subida a la bodega Hika en Villabona. El kilómetro final se desarrolla siempre cuesta arriba, con porcentajes ordinarios hasta el campo de fútbol de Arratzain y con rampas de hasta el 26% en los últimos 250 metros.