Solo un segundo, un tic sin el correspondiente tac, como en un divorcio, separó a Jonas Vingegaard de conquistar la CRO Race, carrera que coronó finalmente a Matej Mohoric. El esloveno remontó el último día los nueve segundos de renta que disponía el danés por medio de la bonificaciones. Eso hizo que ondeará en lo más alto y agitara el champán del logro con entusiasmo.

Vingegaard fue segundo, pero removió el espumoso con empeño y dicha. Nada de pena. Ni un segundo de insatisfacción. En su interior, el danés sabía que había vencido porque enterró las dudas que le persiguieron después del inmenso festejo del Tour, cuando desapareció de los convencionalismos (entrevistas, critériums y fama desmedida) para respirar calma junto a su familia, que le concedió descanso, oxígeno y serenidad mental. La necesitaba el danés.

MOHORIC SE LLEVA LA CRO RACE

Resistió el “bombardeo mental” que supuso semejante logro. Regresó sobre sus pasos tras aceptar su nuevo estatus: ser una gran estrella. Fue capaz Vingegaard de superar el vértigo al éxito y en Croacia se regaló dos triunfos de etapa pleiteando con Oscar Onley, una nueva aparición. El inglés logró la tercera plaza final.

En el cierre de competición, al danés se le escurrió Mohoric, que asaltó el liderato rascando el reloj aquí allá. Primero cazó una recompensa en un esprint bonificado y después pescó media docena de segundos en la meta de Zagreb por detrás de Viviani. Vingegaard no pudo recolectar ni un segundo.

Perdió la carrera por un instante. Ese segundo insignificante que en otras ocasiones hubiese sido un elemento de frustración, un elemento perturbador, no desorientó a Vingegaard. Su victoria no estaba en ese podio, sino en el proceso que le condujo hasta ahí. El danés resolvió su retornó desde el Olimpo del Tour y tras más de dos meses sin competir, aterrizó con el fuselaje dorado de los campeones en la CRO Race. Solo necesitó tres días para sonreír de nuevo. Una victoria récord.

"ESTOY CONTENTO Y SATISFECHO"

Venció en el primer final en alto y se subrayó en la etapa reina. Después emergió Mohoric y un segundo. No le afectó. “No soy un esprinter y no me gusta interferir en el esprint del pelotón. Me hubiera gustado ganar aquí, pero esto es lo que es. Mohoric ha cogido los segundos suficientes y se lo merece. Estoy contento y satisfecho con la forma de esta semana. Estoy esperando a la semana que viene. Il Lombardia es uno de los principales objetivos de esta temporada”, expuso el danés, sin rastro de la resaca emocional del Tour.

Enric Mas festeja la victoria en el Giro dell'Emilia. Sprint Cycling

ENRIC MAS SE LIBERA

Un día antes, la sensación de la mejor victoria invadió a Enric Mas, que se hizo con el Giro dell’Emilia después de una soberbia actuación. Se impuso a Pogacar, al que laminó en la ascensión a San Luca. Un acontecimiento. En ese instante, en el que Mas apagó la llama del esloveno, se encendió el bienestar en el mallorquín, al fin victorioso tras un curso muy complicado para él.

“Ha sido una año difícil, porque al principio de temporada tuve bastantes caídas y la desconfianza me vino encima. Por suerte, después del Tour hicimos un reset bueno y ahora estoy bastante bien, con mucha confianza”, apuntó. Mas, que padeció dos duras caídas en la Itzulia y en la Tirreno, tuvo que retirarse del Tour por su pánico a los descensos. Mas se bloqueó mentalmente. Tocó fondo, superado por el miedo. Para reconstruirse, el ciclista se puso en manos de un psicólogo que le ayudó a dejar atrás esos miedos.

Explicó Mas antes de acometer la Vuelta que hizo un pequeño reseteo y que esperaba ser el Enric de antes, un ciclista sólido y de aliento largo. Recuperado el ánimo, liberado de las ataduras de la presión (sobre el mallorquín ha recaído la antorcha del relevo del ciclismo estatal tras la era Contador) Mas alcanzó el segundo puesto en la Vuelta que agarró Evenepoel.

Un gran resultado para él, que no pudo concluir el Tour atravesado por el miedo. Alejado de la exigencia de las grandes expectativas, Mas se encontró a sí mismo y en estalló de júbilo en el Giro dell’Emilia. “Todo el mundo sabe quién es Pogacar; para mí es un gran satisfacción poder haber ganado en un ataque en el que él estaba”, expuso Mas. Cuando alzó los brazos, se quitó el pasado de encima. Acabó con las sombras. Mas y Vingegaard encienden la luz.

CRO Race

Además del podio, que ocuparon Mohoric, Vingegaard y Onley, en la carrera croata destacó el octavo puesto en la general de Jonathan Lastra y el décimo de Omar Fraile. El bilbaino se fue al suelo en la última etapa, pero sin consecuencias.

TOUR DE VENDÉE

Bryan Coquard se impuso al esprint en la clásica francesa al batir a Démare. La tercera plaza fue a parar a Mozzato. En la Famenne Ardenne Classic, la victoria se la quedó Axel Zingle por delante de Capiot y Naesen.