En circunstancias normales, la temporada ciclista que ahora encara su recta final apuntaría a cerrarse con un muy buen balance deportivo para el Israel-Premier Tech. Suma hasta la fecha 20 victorias en 2025, ha logrado el primer maillot distintivo de su historia en una ronda de tres semanas (el blanco de mejor joven para Riccitello en la Vuelta), y tiene prácticamente asegurado el regreso por ranking al World Tour, la máxima categoría mundial. Sin embargo, no todo pinta bonito para una escuadra a la que los acontecimientos en la propia Vuelta obligan a reformularse, por cuestiones políticas obvias y también para ganar atractivo en el mercado de fichajes.

Posiblemente una cosa lleve a la otra, así que los propósitos de los rectores del equipo pasan, a corto plazo, por dar continuidad a las decisiones adoptadas durante las últimas semanas. Mediada la carrera española, eliminaron la palabra Israel de sus maillots y de su autocar, un movimiento trasladado luego a pruebas celebradas en otros puntos geográficos: el fin de semana en Canadá y Francia, y hoy miércoles en Bélgica, por ejemplo. Además, hay medios internacionales que apuntan, de cara al próximo 2026, a la desaparición total del país hebreo de la nomenclatura del conjunto ciclista, circunstancia que, por otra parte, no tendría efectos drásticos en el presupuesto. Su patrón es el multimillonario Sylvan Adams (66 años), canadiense de nacimiento e israelí de origen, parte activa del establishment judío y amigo personal de Benjamín Netanyahu, cuyo Gobierno, eso sí, no financia la estructura.

Los orígenes

Más allá de desempeñar actividades adicionales, Adams tiene en el ciclismo una de sus grandes pasiones, lo que le llevó en su día a, entre otras cosas, iniciar un plan para el desarrollo del deporte de las dos ruedas en su país. De ahí nació en 2015 el modesto Israel Cycling Academy. Y de ahí surge a su vez el equipo del que tanto se habla ahora, una escuadra forzada a completar durante las próximas fechas un profundo lavado de cara, al multiplicarse los factores que así lo recomiendan: se vivieron protestas (sin disturbios) el viernes y el domingo en las mencionadas carreras de Canadá, se ha extremado la vigilancia policial para el Gran Premio de Valonia que se celebra este miércoles, y el Gobierno de Canarias ha descartado de antemano albergar la llegada de la Vuelta 2026 si Israel participa. En cualquier caso, más allá de cuestiones logísticas ligadas a la política, los directivos del equipo necesitan también dotarse de cierto atractivo para fichar ciclistas. Deben incorporar a diez de aquí a final de año. 

Derek Gee celebra su victoria en una etapa del Dauphiné 2024. Dario Belingheri/Getty Images

Las cuentas salen solas. Al ascender al World Tour, el equipo deberá contar en 2026 con un mínimo de 27 corredores. Y ahora mismo sólo tiene atados a 17, dentro de un contexto complicado que ya ha generado sus conflictos. El canadiense Derek Gee, cuarto en el Giro y llamado a disputar esta pasada Vuelta, comunicó por sorpresa el 25 de agosto su desvinculación de la escuadra. “Determinadas circunstancias hacen imposible mi continuidad”, adujo en una nota, dejando huérfana de grandes líderes a una estructura que también ve partir al citado Riccitello: llegó quinto a Madrid y un día después anunció su fichaje por el Décathlon.

INTERCAMBIO DE COMUNICADOS ENTRE UCI Y GOBIERNO ESPAÑOL

Las últimas horas han significado un intercambio de comunicados y de reproches entre la Unión Ciclista Internacional (UCI) y el Gobierno de España (a través del Consejo Superior de Deportes, CSD). La propia UCI censuró abiertamente a Pedro Sánchez, el lunes en una nota oficial: “Lamentamos que el presidente del Gobierno español y su equipo hayan respaldado acciones realizadas en el marco de una competición deportiva que pueden obstaculizar su buen desarrollo”. El CSD replicó mostrando su “orgullo” por las protestas “del pueblo español y su sensibilidad frente a situaciones profundamente inaceptables e intolerables”.

¿Pero está el conjunto de Adams en disposición de contratar nuevos ciclistas? Hasta la fecha sólo ha confirmado dos incorporaciones: la llegada del británico Lewis Askey desde el Groupama (anunciada el 19 de agosto), y la promoción desde el segundo equipo del australiano Brady Gilmore (30 de julio). Ambos movimientos se dieron a conocer antes de la Vuelta, y no parece casualidad que un largo silencio en el mercado haya seguido luego a las protestas vividas. Se habla del eritreo Biniam Girmay (Intermarché) como objetivo y de una potente inversión económica a futuro. Pero a los rectores les toca desvincularse antes de la marca Israel, tarea nada sencilla. El filial puede ser solución en cuanto a número... pero no en cuanto a un mínimo de calidad.