Grande como un castillo, Jonathan Milan se hizo más fuerte en la CRO Race. El gigantesco líder, 1,94 metros y 84 kilos, contó su segundo triunfo en la carrera. A diferencia de la víspera, cuando venció por aplastamiento, el pistard italiano tuvo que esperar a la revisión de la foto-finish para celebrar la victoria. En el mismo instante que Milan entró Barbier, que remontó con tanto entusiasmo en el esprint que creyó ganar. Lo celebró con los brazos al cielo y un grito de felicidad. Mientras tanto, Milan, el líder, esperaba. Entonces, tras ser revisada la llegada y una vez escrutada la foto-finish, los jueces determinaron que Milan fue el ganador del esprint por apenas unas décimas. Su bici, lanzada en el golpe de riñón, llegó con más velocidad, antes. El crono determinó su logro porque el ojo era incapaz de discernir quién era el vencedor. Milan sumó de ese modo, con suspense, el segundo triunfo en el profesionalismo después de su estreno un día antes. La competición continúa en Croacia y en Italia se disputa hoy la Coppa Agostini, una clásica con un recorrido de 193 kilómetros que sirve para preparar Il Lombardia.