Beasain. Por la mañana, Igor González de Galdeano repasa los periódicos y no le gusta lo que lee. Los titulares grandilocuentes y el halago a Omar Fraile, el héroe de la quinta etapa de la Vuelta al País Vasco, la del frío y la nieve y la travesía maldita por el Goierri. No es que no reconozca el valor de la etapa del vizcaino, "estuvo tremendo", sino que le parece un juego peligroso. "Puede ser contraproducente para él, dañino", explica Galdeano, que ve en Omar un gran talento a quien le debe guiar la paciencia. "Es un chaval con futuro, eso es indudable, pero necesita tiempo para hacerse". No niega el mánager de Euskaltel-Euskadi que lo más lógico es que Fraile sea naranja en 2014, pero de momento el chico no tiene nada firmado. Su contrato con el Caja Rural-Seguros RGA tiene un año de vigencia. Fue lo pactado después de que decidiera salir de la Fundación Euskadi este invierno. Tras ganar la Subida a Gorla en 2011, Fraile firmó un contrato con Miguel Madariaga por tres años. Uno lo haría en el Orbea, el equipo continental de la Fundación y los dos siguientes en Euskaltel-Euskadi. Todo se truncó cuando Euskaltel se desligó de la Fundación Euskadi. Omar estaba ligado por contrato a Madariaga y tenía que quedarse con él en el equipo continental porque Galdeano pensaba que era pronto para que debutase en el World Tour. Estaba verde. Acabó en el Caja Rural, un peldaño más arriba en su camino hacia el estrellato ciclista.

Galdeano cree que es el ciclista vasco de más proyección y desea que siga creciendo sin que la presión le afecte. Tras tres meses de convivencia, en el Caja Rural están encantados, le ven madera y piensan que llegará a ser un grande. Los destellos que ha dado, sobre todo en esta Vuelta al País Vasco, no han pasado desapercibidos para Eusebio Unzue, patrón del Movistar, que se ha fijado en él y sigue su progresión.