donostia. La contrarreloj, con casi cien kilómetros cronometrados, y la media montaña, con una sucesión de etapas "trampa" con ascensos hasta ahora desconocidos, decidirán el ganador del Tour de Francia de 2012, cuyo recorrido fue desvelado ayer por los organizadores.
En contra de la tendencia marcada en los últimos años, en los que se habían reducido los kilómetros contra el crono, el Tour ha querido volver a dar fuerza a esta disciplina para "aumentar el abanico de candidatos" a la victoria final, según afirmó el responsable de la carrera, Christian Prudhomme. Y para no dejar de lado a los escaladores, han potenciado la media montaña, con un paso por el macizo de los Vosgos y el de Jura antes de internarse en los coles alpinos y pirenaicos. "Hemos dispuesto una sucesión de puertos algo alejados de la meta pero que pueden servir de rampas de lanzamientos para ataques largos, como los que este año protagonizaron Contador y Andy Schleck", señaló Prudhomme.
Mientras, Contador indicó respecto al Tour 2012 que "es un recorrido que favorece a Evans. Va a ser una carrera de bastante ataque, lo que no es malo, pero habrá que ver en la etapas de montaña. Parece que no son tan espectaculares como otros años". Hecho que reconoció el ciclista del BMC. Cadel Evans aseguró que le favorece, a condición de que tenga un buen equipo que le respalde.
reinventarse o morir En busca de la reinvención permanente, el Tour incide en los macizos intermedios y en las llegadas en ligera ascensión durante la primera semana para aumentar el interés. A ellas se suman los recorridos junto al mar, que pondrán en juego el factor viento. Sin olvidar los clásicos, con una etapa reina pirenaica que combinará Aubisque, Tourmalet, Aspin y Peyresourde. Pero los escaladores se tendrán que conformar sólo con dos llegadas en alta montaña, una en los Alpes y otra en Peyragudes.
El Tour se lanzará el 30 de junio con un prólogo de 6 kilómetros en las calles de Lieja. En la segunda etapa los organizadores han dispuesto una llegada en ligero ascenso de 2,5 kilómetros, con meta en Seraing, cuna de Philippe Gilbert, que volverá a ser el favorito para esta prueba que recuerda al Monte de las Alondras. La carrera pondrá en seguida rumbo a la Normandía con una llegada a Boulogne-sur-Mer en la que, la cercanía del mar puede ocultar cotas de poca distancia pero de grandes porcentajes. El Tour toma recorridos a la temida París-Roubaix. "Creo que los ciclistas que no hagan un reconocimiento de estas etapas se pueden arrepentir", alerta Prudhomme. Desde Rouen, la carrera afrontará el macizo de los Vosgos y el Jura.
sorpresas de la edición Prudhomme alertó sobre la etapa con llegada a La Planche des Belles Filles, un puerto que, avisó, tiene "porcentajes extraordinarios", con 6 kilómetros de subida y una pendiente media del 8,5 %, con máximos de hasta el 13 %. El director del Tour aseguró que la ronda gala nunca había afrontado porcentajes tan extremos, llamado a rivalizar en un futuro con el mítico Angliru de la Vuelta a España. Con una incursión en Suiza, que encadena hasta cinco dificultades de media montaña. Después se disputará la primera contrarreloj entre Arc-et-Senans y Besançon.
Los Alpes tendrán menos peso, pero contarán con un ascenso al Colombier, lejos de la meta, y la de la Toussuire. La transición hasta los Pirineos comporta el final en Cap d'Agde. Dos etapas de montaña con final en descenso desembocarán en una larga pero suave transición, que dejará el Tour listo para sentencia. Se dictará en la contrarreloj de 52 kilómetros entre Bonneval y Chartres. Samuel Sánchez comentó que "los escaladores tendremos que atacar, no hay muchas llegadas en alto y eso hará que la general llegue muy comprimida a la última contrarreloj, va a ser decisiva".