Donostia. Si entre los cientos de corredores que componen el pelotón ciclista internacional hay uno al que el Tour le debe algo, ese es Samuel Sánchez. Ambicioso como el que más, al ciclista del Euskaltel-Euskadi todavía se le resiste una etapa en la ronda gala, donde además, sus dos primeras participaciones fueron para olvidar. Este año, el objetivo del líder del conjunto naranja será el mismo que el de 2010, acabar entre los tres primeros, algo que no pudo lograr en la pasada edición al terminar en cuarta posición.

La relación entre Samuel y el Tour comenzó hace nueve años, en 2002, coincidiendo con la segunda participación de Euskaltel en la ronda gala. Aquella primera toma de contacto no fue nada sencilla para el ovetense, que se vio en la obligación de abandonar la prueba después de llegar fuera de control a más de 50 minutos del vencedor, Lance Armstrong. A sus 24 años, aquello fue un duro golpe para el corredor, que vio cómo su primera participación en una grande se veía truncada de la manera más imprevista.

Pudo sobreponerse de aquel duro varapalo y regresó un año después con la intención de poder acabar la carrera. Con mejores sensaciones que en 2002, Samuel Sánchez volvió a llegar fuera de control en la octava etapa, con final en Alpe d’Huez. Fue la cara y la cruz para Euskaltel, que consiguió el triunfo gracias a Iban Mayo, pero que volvió a ver como uno de sus corredores con más futuro quedaba nuevamente fuera de la carrera.

A partir de ese momento, el ovetense decidió cambiar la preparación de la temporada fijándose otros objetivos como la Vuelta, el Mundial o las clásicas. De esta manera comenzaron a llegar las victorias y los buenos resultados, pero Samuel Sánchez seguía teniendo clavada la espinita del Tour.

Aunque sus dos malas experiencias previas le hicieron reacio a volver a participar en la ronda francesa, en 2008 cambió el planteamiento de la temporada y volvió a correr en la ronda francesa. Más maduro, logró acabar en la séptima posición, además sumó un segundo puesto en Alpe d’Huez, donde cinco años antes había llegado fuera de control.

No tomó la salida en 2009, centrado de nuevo en la Vuelta, pero decidió regresar en 2010. Marcado desde el inicio como uno de los favoritos al podio, Samuel, que había marchado tercero durante gran parte de la carrera, perdió su puesto preferencial en favor de Denis Menchov en la última contrarreloj. El cuarto puesto logrado por el líder de Euskaltel supuso el mejor resultado en la clasificación del conjunto naranja, pero dejó un regusto amargo en el corredor, que además no pudo lograr ningún triunfo de etapa al quedar en segundo lugar en la octava etapa por detrás de Andy Schleck, que le superó en un apretado sprint.

Este año, el objetivo de Samuel es claramente apostar por el podio. Con Alberto Contador todavía cansado por el esfuerzo del Giro de Italia y un Andy Schleck que apenas ha aparecido en lo que llevamos de temporada, quizá podría aspirar a más, pero otros rivales estarán al acecho para aprovechar cualquier síntoma de flaqueza, entro otros Cadel Evans, Alexander Vinokourov o Robert Gesink. La oportunidad es idónea para el líder del conjunto naranja. El Tour tiene una deuda con él y este año es propicio para cobrarla.