Irun. El verdadero rodillo del Lokomotiv-Urbycolan se puso en marcha ayer casi desde el kilómetro 0 y terminó arrasando todo cuanto se encontró por el camino hasta la meta en Irun, donde Artur Ershov ganó la cuarta etapa y sus compañeros Evgeny Shalunov -líder de principio a fin-, Sergey Belykh y Kirill Sveshnikov coparon el podio final. Los cuatro rusos se plantaron en el Paseo de Colón en compañía solo del panameño Yelko Gómez (Caja Rural), el único que les aguantó en las rampas de Erlaitz.
El joven vizcaino Haritz Orbe (Bidelan-Kirolgi), sexto a 1:53, fue el primero de los mortales, en un grupo en el que llegaron los dos mejores vascos de la ronda: Sergio Ruiz (Debabarrena) y Antton Ibarguren (Caja Rural), séptimo y octavo.
Con cuatro de sus cinco ciclistas en el elenco de doce aspirantes al triunfo final, Lokomotiv planteó la defensa de su liderato al ataque, mandando peones hacia adelante en una jornada pasada por agua. Comenzó a llover quince minutos antes de darse la salida, y no cesó hasta Erlaitz.
El primero en moverse fue el quinto hombre de la formación afincada en Tortosa, Artur Ershov, casi de salida. Se fue en Gurutze, y para el kilómetro 15, en Aritxulegi, se le unió Kirill Sveshnikov, debutante en la categoría como el líder.
Por detrás, atacaron otros dos Lokomotiv, Chermetsky y Belykh, a los que respondió el francés Mickael Queiroz (Blagnac). Coronaron a 22 segundos de la cabeza, con el pelotón a otros 22 segundos. Con el diluvio dejando ríos de agua en el asfalto y todo el Lokomotiv salvo el líder por delante, el panorama era desolador.
En Agiña, Naturgas logró situar a Eduardo Ardaiz junto a Belykh y Raúl Velasco (Guerola), que se convirtieron en los perseguidores del dúo ruso. El pelotón, un tanto desconcertado, ya cedía minuto y medio tras bajar a Lesaka.
La carrera pudo coger otro cariz en la variante hacia Irun, cuando el trío intercalado fue alcanzado por diecisiete hombres, cinco de ellos del Bidelan-Kirolgi (Orbe, Mitxelena, Del Barrio, Íscar y Murgia). Los gallos continuaban con el pelotón del líder, del que solo tiraba Naturgas, ya que Caja Rural optó por dejar hacer a otros. Así, los dos escapados alcanzaron 2:30.
La poca fortuna de Bidelan durante toda la vuelta se cebó con la caída en una rotonda de cuatro de sus corredores que tiraban del grupo perseguidor, lo que provocó su caza.
Dos minutos a pie de Erlaitz Ershov y Sveshnikov se plantaron con dos minutos al inicio de Erlaitz, donde acusaron el tramo a bloque entre Lesaka e Irun, donde solo en los repechos bajaban de 50 km/h. Su ventaja comenzó a menguar, pero solo respecto a Shalunov, Belykh y Yelko Gómez, que saltaron por detrás. Cuatro rusos entre los cinco primeros. La Vuelta estaba sentenciada para el Lokomotiv. Solo faltaba ver cómo resolvían el trance.
El quinto ruso, Chermetsky, permanecía con Igor Merino y Fernando Grijalba (Naturgas), Antton Ibarguren (Caja Rural), Sergio Ruiz (Debabarrena), Haritz Orbe (Bidelan) y Sergio Angulo (El Soplao).
Los galones en el Lokomotiv se aclararon con el pinchazo de Sveshnikov a un kilómetro de coronar. En el cambio de rueda, el ruso perdió unos 30 segundos, por lo que los perseguidores se acercaron a solo 20 segundos. La fusión llegó en el descenso, donde las caídas no cesaron. Entre otros, cayeron Ershov, Angulo y Merino, que perdió el maillot verde de mejor vasco ante Sergio Ruiz: "Su mala suerte me ha beneficiado a mí", reconoció el de Elorrio.
De cara a meta, se esperaba que los Lokomotiv arrancaran a Yelko, pero no lo hicieron, corrieron como siempre, a relevos, a tope y sin mirar atrás hasta la meta, y el panameño casi les roba la cartera. Incluso, se quedó a un segundo del podio de Sveshnikov, que no se quitó el chubasquero durante toda la etapa y lo pagó con una deshidratación que le hizo ceder en la recta final unos segundos que casi le cuestan el tercer puesto.
Al final, Shalunov sucedió a Dimitry Ignatiev (2009) y Sergey Shilov (2010). Pero ni por esas arrancó una sonrisa a Alexander Kuznetsov, la leyenda -70 años- que en la escuela de San Petesburgo forjó seis campeones olímpicos, entre ellos Viatcheslav Ekimov, "el mejor que he conocido". Ahora, controla un grupo de 22 ciclistas, bajo una férrea disciplina que muy pocos soportan y muchos se pierden en el camino. Suerte para Shalunov.