Donostia. "Estoy triste y decepcionado pero con la cabeza bien alta", anunció Alberto Contador, que vive una auténtica pesadilla desde hace mes y medio, cuando conoció las irregularidades que presentaron los resultados de una de las pruebas antidopaje que le realizaron durante el pasado Tour de Francia. Con su verdad por delante, el tres veces campeón de la competición gala contó en primera persona todo lo sucedido en su rutina diaria durante la ronda gala, y defendió su inocencia argumentando que "la cantidad encontrada es tan mínima que es imposible de suministrar salvo en contaminación alimentaria". El corredor atribuye la presencia de clembuterol en su orina a la ingesta de carne en mal estado, una tesis que también es compartida por la Unión Ciclista Internacional (UCI) ya que Contador notificó que "la propia asociación afirmó delante de mí que era un caso claro de intoxicación alimentaria". Además, las muestras recogidas tras la irregularidad parecen darle la razón al todavía ciclista del Astana, ya que no mostraron ninguna anomalía y la presencia del fármaco prohibido se fue disipando con el paso de los días. "Al ser líder del Tour, me realizaron controles tanto sanguíneos como de orina todos los días y gracias a ello me puedo defender. Ésta es mi defensa y mi verdad", sentenció.
A pesar de que Contador ya ha sido suspendido provisionalmente a la espera de que se despeje su caso, el ciclista ansía que todo se aclare en su favor porque "una sanción sería intolerable, no es comparable mi falso positivo con cualquier otro caso de dopaje por clembuterol porque lo mío es un caso claro de contaminación". "Lo encontrado en mis pruebas es una millonésima parte de la sustancia prohibida que no sirve de nada a nivel de rendimiento, cualquier experto lo puede confirmar", se defendió el último corredor en lucir el maillot amarillo que se mostró contundente en sus deseos. "No me preocupa que pongan en duda mis resultados en el Tour de Francia porque yo sé cómo he hecho las cosas, pero no voy a permitir que algo como esto eche por tierra todo mi trabajo", afirmó contundente Contador, aunque no puede evitar que la preocupación ante la incógnita de la resolución se refleje en su inquietud: "Llevo más de un mes tragándome esto y mi familia no lo supo hasta ayer", confesó.
Fiel defensor de la necesidad de estos controles, lo ocurrido en sus propias carnes no ha cambiado su punto de vista sobre las acciones antidopaje, a las que considera necesarias: "Soy una persona que defiende los controles a capa y espada porque creo que realmente ayudan al ciclismo y a mí, para que todos compitamos en igualdad de condiciones, sin distinción". Sin embargo, Contador no sólo es consciente de la hipocresía que la opinión popular asocia con el ciclismo, sino que la defiende como racional. "Cuando la UCI tarda tanto tiempo en aclarar un caso como éste, la situación del ciclismo empeora y se echa por tierra todo el trabajo realizado durante tantos años. Así es normal que la gente dude de este deporte", comprendió.
Futuro claro A pesar de toda la controversia que ha salpicado a Alberto Contador, el corredor no cree que su futuro ligado al Saxo Bank peligre. "Riis y yo teníamos pensado hacer una reunión previa porque sabíamos que lo ocurrido iba a traer cola, pero ayer me reuní y hablé con él, se lo expliqué todo y afortunadamente lo ha entendido a la perfección", explicó aliviado.
La nueva etapa en la vida profesional de Contador le da fuerzas para continuar luchando por lo que cree justo: "Estoy ilusionado con este proyecto del Saxo Bank, es cierto que hay que ver como transcurre toda la situación y todos los hechos pero espero y confío en que, a pesar de que es una situación complicada, continúen apoyándome desde el equipo como han hecho hasta ahora", dijo el ciclista. Agradecido con su futuro equipo y con aquellos que le rodean, tuvo palabras de reconocimiento para ellos: "Me siento muy arropado por mi gente. En el caso de Astana, he hablado con el mánager y también me muestra su apoyo. Y esto es muy importante para mí", finalizó Contador que, por un trozo de carne, ha vuelto a la actualidad informativa más desagradable.