Bagnères-de-Luchon. A las 18.00 horas, Contador, amarillo y sereno, se planta ante el pelotón de fusilamiento, la prensa sedienta, y se prepara para lo que espera, pues ya ha recibido la desaprobación de parte del público presente en la ceremonia del podio al vestir su primer amarillo del presente Tour. "Es normal. Los silbidos parten de la gente que no ha entendido lo que ha ocurrido. Lo respeto, pero es una circunstancia de carrera que no provoca nadie. Y entiendo también que haya polémica, la esperaba, sabía que podía pasar algo así, pero creo que he actuado bien porque cuando me han dicho por la radio que Andy había tenido una avería yo ya estaba por delante", dice el líder del Astana, que asegura, para quien tuviese dudas, que él iba cómodo en la subida, que si no salió seguido a por Andy fue porque se lo impidieron los demás ciclistas del grupo, que le obstaculizaban y que pensaba atacar cuando sucedió la avería del luxemburgués.

La serenidad de Contador era ira en Andy Schleck cuando llegó a meta, agitó la mano con enfado y habló, no caliente, sino hirviendo. "Ahora mi estómago está lleno de ira. Quiero revancha y estoy decepcionado. En Spa me esperaron y todo el mundo supo que era algo justo. No estoy contento. La carrera no ha terminado aún, pero sé de alguien que no va a recibir hoy el premio al fair-play", bramó el pequeño de los Schleck, que abundó en su impotencia. "A mí no me hubiese gustado coger el amarillo de esta forma. Y no querría ganar el Tour haciendo lo que ha hecho Contador".

Al nuevo líder, sereno aún pese a la insistencia de los periodistas, le llegan las palabras desaforadas del líder caído. Las recoge y en lugar de echar leña al fuego, vierte agua sobre ellas. "Yo entiendo que Andy esté desilusionado, y desde luego que me hubiese gustado vestirme de amarillo en otras circunstancias. La situación es delicada", concede Contador, que, sin embargo, no se abruma y defiende su actitud recordando los más inmediatos precedentes, el día de Spa y la etapa del pavés. "El día de Spa yo fui el que dijo a mis compañeros que no tiraran ni un metro porque había que esperar a Andy pese a que en ese momento no sabía si quiera qué es lo que iba a pasar delante y los RadioShack estaban decididos a tirar. Me pareció lo justo y actué en consecuencia. Pero en el pavés hubo una caída que, entre a otros, me perjudicó a mí y nadie paró. No pasa nada, son circunstancias de carrera y lo acepté como tal en su momento", apreció, al tiempo que aseguró que este Tour no se iba a decidir por 30 segundos.

Hinault: "No hay polémica" Desde el senado del Tour habla Bernard Hinault, que no tiene ninguna duda: "No existe ninguna polémica". El Tejón, voz de templo, le recuerda a Andy, que lagrimea aún por la zona de meta, que él no esperó en el pavés, después de que la caída de su hermano provocara un corte que le benefició. "En todo caso", prosigue, "Andy tendría que estar molesto con sus mecánicos". Y Bernard Thevenet, dos veces ganador del Tour, el ciclista que derrotó a Merckx, un carácter más dulce que su tocayo bretón, gesticula antes de pronunciarse para medir sus palabras y acaba diciendo lo mismo, que es una circunstancia de carrera, que Contador ha obrado bien, que ha Andy ya se le esperó en Spa y que, por el contrario, él no esperó a nadie en la etapa del pavés.