Han pasado solo unos días desde que se ha abierto al tráfico el “pinchazo de Marrutxipi”, con su incremento instantáneo de tráfico, ruidos y polución, y ya tenemos nueva sorpresa a cargo de la Corporación municipal. Y como siempre, es muy mala para los que vivimos aquí.

Resulta que ahora, en lugar del parque Sorleku, que nos llevan prometiendo siete años, vamos a tener un parking para visitantes (ni siquiera para residentes). Y de varias alturas, además, lo cual resulta muy curioso porque nos dijeron por activa y por pasiva que en ese solar no se podía construir debido a los depósitos de tormenta que hay debajo. Nos lo dijeron, claro, cuando pedíamos un supermercado, una casa de cultura, etc. Pero se ve que sí se podía, después de todo. Qué cosas.

Con la aberración del parking se terminará de completar una trinchera de 42.000 m2 que divide el barrio por la mitad entre la GI-20 y las vías de Renfe y que alberga muchas cosas, aunque ninguna de ellas para disfrute de los que aquí vivimos. Repasémoslas. El “pinchazo”, que se hizo a costa de destruir un paseo arbolado (se talaron más de 500 árboles) y ha multiplicado el tráfico en la zona; las cocheras de Dbus, que podrían estar en la periferia, como sería natural, pero están aquí, en nuestro barrio; la ampliación de cocheras (que no sea por sitio para aparcar autobuses); y ahora esto que quieren construir, un parking de varias alturas. Me permito añadir el albergue municipal –un proyecto que en su día rechazaron todos los barrios y que acabó situado aquí– para probar que no nos quejamos por falta de solidaridad. Nos quejamos por ser considerados un solar en lugar de un barrio; nos quejamos de abandono y, sobre todo, nos quejamos de que nos hayan mentido durante siete años. Y digo mentido, porque es evidente que esto no es un cambio de opinión de la Corporación municipal. Esto es algo que tenían planeado pero que no podían desvelar mientras duraran las obras del anterior atropello, el pinchazo. Queda claro que el equipo de Goia considera que Marrutxipi no es un barrio, sino un solar; y uno poblado por gente a la que se puede engañar y manipular sin consecuencias. Ahora nos toca demostrarles que están equivocados.

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