¿Y si para avanzar en la robótica y la inteligencia artificial hubiera que retroceder hasta la prehistoria?
Quizá, para conseguir robots humanoides que sean capaces de inventar herramientas y sacar adelante tareas, en lugar de fijarnos en el Homo sapiens actual haya que retroceder en el tiempo algo más de dos millones de años y buscar en África al Homo habilis, el primer homínido y el ser que dio el paso de usar herramientas a fabricarlas en función de sus necesidades.
Eudald Carbonell, vicepresidente de la Fundación Atapuerca, recordó en una reciente jornada científica celebrada en el Museo de la Evolución Humana (MEH) de Burgos, que “lo que nos hizo humanos es la tecnología”, la capacidad que tuvimos de pasar de utilizar herramientas que se encontraban en la naturaleza a crearlas para adaptarlas a nuestras necesidades. Ahora, “los logaritmos matemáticos nos harán transhumanos”, ha afirmado.

Proyecto Metatool
La inteligencia artificial, la robótica, la neurociencia y la arqueología se alían en busca de robots sapiens, de robots humanoides que sean capaces de inventar herramientas, siguiendo el modelo cognitivo que ha permitido al ser humano evolucionar desde la prehistoria hasta el siglo XXI, para que sean protagonistas de un nuevo salto tecnológico y responder a los desafíos de la era digital. Es el objetivo que se ha marcado Metatool y que ha presentado en el MEH.
Su objetivo es tratar de dotar a las máquinas de inteligencia física a través de la invención de nuevas herramientas. “Es un proyecto interdisciplinar que combina robótica, inteligencia artificial, neurociencias y arqueología, porque se inspira en el pasado de los humanos para entender cómo un robot puede dar el salto cualitativo entre usar herramientas y generar herramientas”, ha explicado José María Martell, vicepresidente de Investigación Científica y Técnica del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Un gancho y una fruta
La inteligencia artificial y la robótica moderna son grandes aliados para conseguir que los robots pasen de usar herramientas preexistentes a inventarlas, y de momento el proyecto Metatool ya ha avanzado en este objetivo consiguiendo mediante un entrenamiento de algoritmos matemáticos que un robot cree una herramienta con la que realizar una tarea en la que necesita sortear un obstáculo para lograr su objetivo.
En la demostración realizada en el MEH, el robot TIAGo de la empresa Pal Robotics fue capaz de coger una manzana que se encontraba en una mesa, a una distancia superior a la de su brazo mediante la creación de un gancho, que primero ideó y luego imprimió en 3D.
Tecnología de conciencia
Este proyecto gira en torno a las tecnologías de awarness o de conciencia. “Se trata de conseguir robots que se perciben a sí mismos, en cómo son los procesos cognitivos para que una IA se dé cuenta de las cosas”, explica Pablo Lanillos, coordinador científico de Metatool.
Lanillos, junto con Luke Miller, profesor asociado de Donders Institute (Holanda), Carlos Hernández, científico de robótica y la arqueóloga de materiales Geeske Langejans, ambos de Universidad Técnica de Delft (Países Bajos), tuvieron la idea de indagar en cómo los homínidos dieron el salto de usar herramientas a inventarlas hace 3 millones de años utilizando inteligencia artificial.
“Para eso se necesita una revolución cognitiva, de la que no estamos seguros cómo ocurrió, pero sí que creemos que detrás de todo esto hay relación con esa parte del cerebro que se da cuenta de las acciones que realiza”, sugiere el coordinador de Metatool.
Lanillos explica cómo el ser humano, cuando inventa una herramienta, lo hace porque tiene conciencia de que “no llega” con su propio cuerpo. Sería similar en robótica. Así, podría darse el caso de que la máquina considere usar algo que tenga en su composición para la resolución del problema sin generar nada nuevo o combinándolo con algún material. “Sería perfectamente factible que el robot invente nuevos brazos o manos robóticas para hacer una tarea mejor”, explica.
¿Qué es Metatool?
El proyecto europeo Metatool, financiado con cuatro millones de euros por el Consejo Europeo de Innovación (EIC), reúne a siete instituciones científicas y empresas europeas que colaboran en el desarrollo de un modelo computacional de conciencia sintética para habilitar la invención de herramientas en robots.
Estas entidades son las españolas Universidad Politécnica de Madrid (UPM), la Agencia Estatal Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la empresa PAL Robotics SLU; la Universidad Tecnológica de Delft (TU Delft), la Radboud Universiteit y la Senta BV, de Países Bajos, y la alemana Universidad Humboldt de Berlin. Además, el proyecto cuenta con la participación asociada de la Universidad de Sussex, en el Reino Unido