Tener un cabello fuerte, brillante y con buen crecimiento no depende solo de los productos cosméticos o de los tratamientos externos.
La base de una buena salud capilar está en la alimentación y, más concretamente, en el aporte adecuado de ciertos nutrientes esenciales.
El cabello, como cualquier otro tejido del organismo, necesita vitaminas y minerales específicos para crecer con fuerza y mantenerse sano a lo largo del tiempo.
Según el doctor Rodrigo Arteaga, experto en salud integral, metabolismo y longevidad basada en evidencia, para que un cabello crezca con fuerza hay que ingerir alimentos con vitamina B12, vitamina D y vitamina C.
Estas vitaminas cumplen funciones clave en los procesos celulares que afectan directamente al folículo piloso y al ciclo de crecimiento del cabello.
Vitamina B12: energía y regeneración celular
La vitamina B12 es fundamental para la formación de glóbulos rojos y para el correcto funcionamiento del sistema nervioso, pero también juega un papel esencial en la salud capilar.
Un déficit de esta vitamina puede provocar debilitamiento del cabello, caída excesiva y pérdida de densidad.
Esta vitamina participa en la regeneración celular y en el transporte de oxígeno a los tejidos, incluidos los folículos pilosos. Cuando el folículo recibe menos oxígeno y nutrientes, el cabello se vuelve más frágil y su crecimiento se ralentiza.
Según el doctor Rodrigo Arteaga, para favorecer un cabello fuerte es importante consumir alimentos ricos en vitamina B12 como carnes, huevos, pescados y lácteos.
Estos productos ayudan a mantener niveles adecuados de esta vitamina, especialmente relevantes en personas con dietas restrictivas o con problemas de absorción.
Vitamina D: crecimiento y fortalecimiento del folículo
La vitamina D está directamente relacionada con el ciclo de crecimiento del cabello.
Diversos estudios han asociado niveles bajos de esta vitamina con problemas como la caída capilar y el debilitamiento del folículo. La vitamina D contribuye a la activación de los folículos pilosos y a la formación de nuevo cabello.
Una de las principales fuentes de vitamina D es la exposición solar, aunque también puede obtenerse a través de la alimentación.
Arteaga destaca la importancia de alimentos como las sardinas, el salmón y los huevos, que aportan vitamina D de forma natural.
Mantener niveles adecuados de esta vitamina no solo beneficia al cabello, sino también a la salud ósea, muscular y al sistema inmunológico, lo que refuerza su papel clave dentro de una estrategia de salud integral.
Vitamina C: antioxidante y producción de colágeno
La vitamina C es un potente antioxidante que protege al cabello del daño oxidativo causado por el estrés, la contaminación y otros factores externos.
Además, es imprescindible para la producción de colágeno, una proteína estructural básica para el cabello, la piel y las uñas.
Otro aspecto clave de la vitamina C es que mejora la absorción del hierro, un mineral esencial para prevenir la caída capilar.
Una dieta pobre en vitamina C puede traducirse en un cabello más débil, apagado y con mayor tendencia a romperse.
Según el especialista, alimentos como pimientos, kiwis, fresas y cítricos son excelentes fuentes de vitamina C y deben formar parte habitual de la dieta si se busca un cabello sano y resistente.
La alimentación como base de la salud capilar
Una dieta equilibrada, rica en vitaminas esenciales como la B12, la D y la C, es una apuesta clave para fortalecer el cabello y mejorar su aspecto a largo plazo. Apostar por una nutrición adecuada no solo se refleja en el cabello, sino en la salud general del organismo.