El aumento de labios se ha convertido en uno de los tratamientos estéticos más demandados en los últimos años.
Las redes sociales, los filtros y las tendencias de varias celebridades han contribuido a que cada vez más personas busquen un volumen extra o una mayor definición en esta zona del rostro. Esto ha aumentado la preocupación por los riesgos para la salud y por el incremento de centros sin garantías médicas.
El procedimiento más habitual para aumentar los labios es el relleno con ácido hialurónico, una sustancia reabsorbible que el organismo acepta con relativa facilidad.
Aunque la operación no requiere quirófano, no está exenta de efectos secundarios. Los expertos señalan que la seguridad depende en gran medida de la calidad del material usado y, sobre todo, de la cualificación del profesional que lo aplica.
Complicaciones frecuentes
Entre las complicaciones más frecuentes se encuentran la inflamación prolongada, los hematomas y la asimetría en el resultado.
En la mayoría de los casos son problemas temporales y se resuelven sin intervención adicional. No obstante, existen situaciones más serias, como la formación de nódulos, infecciones o reacciones alérgicas. También puede darse una obstrucción vascular si el relleno se inyecta en un punto inadecuado, un escenario poco común pero que puede comprometer la circulación en la zona.
Otro riesgo creciente proviene del uso de sustancias no autorizadas. En algunos centros se siguen empleando rellenos permanentes, como la silicona líquida, prohibidos por su capacidad de provocar granulomas, desplazamientos del material o infecciones crónicas. Este tipo de productos, una vez aplicados, son muy difíciles de retirar y pueden dejar secuelas permanentes.
La popularidad de los retoques ha contribuido a que el tratamiento se banalice, pero los especialistas insisten en que cualquier intervención estética debe ser evaluada desde un punto de vista médico. Antes de realizar un aumento de labios se recomienda una valoración facial completa, revisar posibles alergias y analizar la historia clínica de la persona. También es importante conocer las expectativas del paciente y explicar claramente los resultados que se pueden conseguir.
La recuperación suele ser rápida, aunque conviene evitar el ejercicio intenso, las temperaturas extremas y la exposición solar directa durante los primeros días. Si aparecen signos de infección como fiebre, dolor intenso o enrojecimiento progresivo, o si la inflamación no remite, se debe acudir de inmediato a consulta.
Priorizar la salud
En definitiva, el aumento de labios puede ser un procedimiento seguro cuando se realiza en manos de profesionales cualificados y con productos acreditados. El riesgo cero no existe, pero se reduce de manera considerable cuando el paciente se informa, elige un centro médico autorizado y sigue las indicaciones posteriores al tratamiento. La clave está en no dejarse llevar por modas pasajeras ni por ofertas excesivamente baratas, sino en priorizar la salud por encima del resultado estético.