El Bidasoa se volvió a valer de una más que correcta segunda parte para derrotar anoche al Cangas en un partido que se ajustó a los clásicos enfrentamientos entre ambos equipos y que resolvió a la vuelta del descanso, cuando dejó a su rival en solo 11 goles. Una faena de aliño que terminó aseada, en la que pesaban a partes iguales la obligación de sumar los dos puntos y la situación física de una plantilla que descuenta los días para Navidad.
La primera parte fue lo contrario que el público local espera cuando se sienta en su asiento, por lo general, casi con el partido empezado. La primera defensa inicial ante el saque gallego, con Jevtic y Peciña como mariscales en el centro de la zaga, hacía presagiar que los bidasotarras podrían imponer su versión del partido y con ella, dominar la contienda.
Espejismo: el siguiente ataque no terminó en gol y pocos pensarían, pero esa jugada que marró Dariel García sería la única opción de la escuadra local para ponerse por delante en el primer acto. Los visitantes, que tampoco se puede decir que su buena actuación fuera perfecta, se encontraban más cómodos con el paso de los minutos, con una buena dirección de Manu Pérez, al que los dorados ya sufrieron en la segunda vuelta del año pasado: apenas marraban ante la portería de Skrzyniarz, que acabaría sustituido por Maciel, y en defensa se aprovechaban de los fallos guipuzcoanos.
Así se llega al minuto 10, cuando Álex Mozas llamó a capítulo a los suyos con 3-7 en el marcador. El indicador de goles a favor y el de los recibidos era impropio. Y la tónica poco cambiaría porque siete minutos después, pidió su segundo tiempo muerto de la noche con 5-10.
El equipo cangués, que perdería a Valderhaug lesionado, se veía cómodo y Mozas optó por dar entrada a un tocado Valles y avanzar a Mielczarski al 5:1 defensivo, con el citado guardameta argentino bajo palos.
La reacción no fue inmediata pero el avanzado polaco consiguió dos cosas: incomodar al ataque visitante y, sobre todo, alentar a la ojiplática parroquia local, que vio a su equipo con ganas de seguir insistiendo pese a los largueros y postes con los que se estaba topando cuando no perdía el balón.
Con pequeños ajustes, como incrustar al mayor de los Salinas en algunos momentos en la defensa visitante, fue suficiente para una reacción que la grada supo leer y aplaudir. No así para voltear el marcador: al descanso, la renta era mínima favorable a los visitantes (15-16), que comparecían en Artaleku como colistas. Engañosa condición y más en un equipo que había puntuado en cuatro de las últimas diez visitas en Asobal.
Ficha técnica
30 - Bidasoa (15+15). Skrzyniarz, Cavero (3), Rodrigo Salinas (8, 4 p.), Jevtic (1), Peciña, García (1), Nieto (2); Maciel, Tuà (4), González (1), Furundarena, Esteban Salinas (1), Mielczarski (9), Nevado, Francisco da Silva, Valles.
27 - Frigoríficos del Morrazo (16+11). Panjan, D’Antino (4, 3 p.), Gayo (1), Pérez (8), Pereiro (2), Fernández (2), Castro (4); Pallas, Thompson, Díaz (1), Quintas, Gallardo (3), Ludman, Valderhaug (1), López (1).
Parciales. 2-3, 3-7, 4-9, 7-12, 11-13, 15-16; 20-20, 22-21, 25-22, 26-23, 28-25, 30-27.
Árbitros. Iniesta Castillo y Colmenero Guillén. Por parte del Bidasoa excluyeron a Peciña (10’50), Esteban Salinas (18’22) y Rodrigo Salinas (43’13). Por parte del Cangas, a Ludman (24’12), Castro (40’), Díaz (42’54) y Quintas (47’44).
Incidencias. Decimotercera jornada de la Liga Asobal en Artaleku ante unos 1.400 espectadores. De la mano de Cruz Roja Gipuzkoa, se efectuó una recogida de juguetes y peluches.
Ley chileno-polaca
El técnico gallego, Quique Domínguez, apostó en la reanudación, que empezó con el primer empate desde el 2-2 del minuto 4, por atacar con siete balonmanistas. Lo hizo con acierto suficiente para aguantar la apuesta local, pero ese despliegue podía tener un evidente riesgo de cansancio en la medida en que avanzaran los minutos.
El Cangas compareció sobre el parqué de Artaleku —donde entrenó el jueves— sin Juan Rodríguez ni Ángel Rivero, cuarto goleador de la plantilla con tres tantos por partido de media. Por el primero, que con 20 años ha tenido que asumir la gran responsabilidad de los seis metros tras la lesión de Javi García, entró William Thompson, pivote de dos metros de altura y 88 kilos de peso, compañero del bidasotarra Unai Barreto en la selección promesas.
En el ataque, el Bidasoa, sin el lesionado Julen Mujika y varios jugadores tocados, encontró en Rodrigo Salinas un seguro. Primero, porque asumió la responsabilidad de lanzar los siete metros —marcó cuatro en momentos incómodos hasta marrar— y segundo, porque lideró una vanguardia en la que compartió protagonismo con Mielczarski, que se enfrentaba a uno de los cuatro equipos a los que fue vinculado antes de fichar por el Bidasoa.
El guion deseado, en la segunda parte
Como si fueran dos caras complementarias, la clave del choque podía residir en la habilidad de un equipo de aprovechar los errores rivales y en la carencia del otro de controlar esos momentos erráticos. Y por fin, en la segunda parte, los de Mozas tenían el partido en ese escenario.
Una parada de Maciel, un poste y una infracción por dobles llevaron el 21-21 del minuto 36 al 23-21 que firmó Mielczarski pasado el minuto 40. Y pese a que no se vería un perfecto Bidasoa, los gallegos no tendrían opción de acercarse a un gol.
Conocedor de la situación, Domínguez fue el primero en agotar su último tiempo muerto, para intentar idear un plan con el que detener la buena primera línea local, con Gorka Nieto junto al chileno y el polaco, y buscar las cosquillas a una defensa en la que Francisco da Silva y Jevtic habían encontrado el tono.
Ni el 5:1 con Gallardo como avanzado incomodó a un ataque bidasotarra —que acogerá con alegría el día extra de descanso antes de jugar en Granollers el miércoles (21:00 horas)—, que por mediación de Tuà conseguiría la máxima renta de la tarde (29-25), reducida por un gol en el resultado final (30-27).
Artaleku, solidario con la campaña de Cruz Roja Gipuzkoa para recoger juguetes y peluches para los niños y niñas que más lo necesitan, volvió a disfrutar de una victoria que espera sea la penúltima del año en su feudo. Tras Granollers, el sábado a las 20:00 horas el Cuenca visitará Irun.