“A veces el balonmano es cuestión de suerte”. El entrenador del Flensburg-Handewitt, Aleš Pajovič, reconoció tras el choque de Artaleku que sus jugadores se libraron de una buena ante el Irudek Bidasoa Irun, “un equipo realmente bueno”.
“Hemos tenido una pizca de suerte. Hemos ido cuatro goles abajo a diez minutos para el final… Estoy contento con los dos puntos, pero no con el juego. No hemos estado concentrados y eso nos mata, porque cometemos errores. Tenemos que mejorar”, explicaba el técnico esloveno en sus declaraciones en español, que jugó en Ciudad Real entre 2003 y 2009 (salvo la temporada 07/08, en Kiel).
“Estoy contento con los puntos, pero no con el juego, porque no estuvimos concentrados. Teníamos que estarlo, porque sabíamos que el Bidasoa está jugando realmente bien, con esa escuela de juego española que tanto me gusta, que nos podía provocar muchos problemas”, avisaba Pajovič, que insistía en que “al final hemos tenido un poco de suerte”.
“Jugamos a nuestra defensa y nos dio opciones en ataque, pero cometimos demasiados errores que nos podían haber matado”, añadió Pajovič en declaraciones tras el choque, en el que llegó a ver comprometida la victoria: “Tengo que reconocer que pensaba que la remontada sería difícil, pero hemos tenido un poco de suerte, porque el Bidasoa al final cometió unos pequeños errores de los que nos beneficiamos. El balonmano a veces es cuestión de algo de suerte”.
Una remontada muy 'in extremis'
El conjunto alemán, actual líder de la Bundesliga y campeón de las últimas dos EHF European League, se presentaba en Irun como líder de grupo después de ganarle por dos goles al Saint-Raphaël Var francés por dos tantos en un encuentro que guardó cierta similitud con el de Irun, ya que hasta la recta final no se impusieron los alemanes.
En un choque con muchas alternativas y que llegó con empate a 17 al descanso, ni el equipo que entrena Álex Mozas y el visitante consiguieron rentas por encima de los dos goles. De hecho, fue el Irudek Bidasoa Irun quien en una gran versión cogió cuatro goles de renta en dos ocasiones. La primera, por mediación del 22-18 que firmó Dariel García en el minuto 35, y la segunda, el 30-26 que el capitán, Gorka Nieto, hizo desde los siete metros con 10 minutos para el final.
Fue el momento en el que el Flensburg despertó: al 0-3 que redujo las distancias al 30-29 le siguió la exclusión del extremo cubano, circunstancia que los alemanes aprovecharon para rematar la remontada con un 0-6 de parcial que con tres minutos por delante, había cambiado la decoración definitiva del choque.
