El Mundial de balonmano arranca desde este martes la hora de la verdad: cuartos, semifinales y final que dejan a las ocho selecciones sin margen de error. El que pierda, fuera de la carrera.
Poco ruido
Francia sabe que cuenta con una de las plantillas más amplias del Campeonato y sin hacer ruido, ha ganado todos sus partidos. Los galos sucumbieron en sus Juegos Olímpicos en verano cuando tenían el pase a las semifinales en el bolsillo. Solo cinco meses después, el ruido en torno al conjunto que dirige Guillaume Gille ha sido mucho menor al de otras ocasiones. Como Dika Mem, Nedim Remili o Ludovic Fábregas fueran de una selección anterior, pero están ahí, y jugando a un gran nivel. El balance de Francia, con seis de seis, es inmejorable, y le ha permitido repartir minutos para jugadores como Elohim Prandi, que llegaron con pinzas al torneo. Francia es mucha Francia, y sin hacer mucho ruido, ya está nuevamente entre las ocho mejores selecciones del planeta. ¿Principal candidata para plantar cara a Dinamarca en la final de Oslo? Para eso deberá deshacerse de Egipto en cuartos y, llegado el momento, al ganador del Croacia-Hungría en Zagreb…
Decepción nórdica
Nos habíamos acostumbrado a ver a países nórdicos en las fases finales de los grandes torneos. La Suecia de finales de los 90 y comienzos de los 2000, Dinamarca entre 2007 y 2013 y también desde 2016 hasta hoy, Noruega e incluso Islandia han estado presentes en muchos podios de Europeos, Mundiales y JJOO. Esta vez, en cambio, no será así: solo la principal favorita al triunfo, Dinamarca, disputará los cuartos de final gracias a un pleno de victorias. Perder un partido, el duelo directo contra Egipto en la Main Round, equivale a la eliminación de Islandia, aunque la mayor sorpresa la han dado Noruega y Suecia. Cuentan con plantillas muy completas y ambas selecciones llegaban avaladas por sus grandes actuaciones durante los últimos años. Noruega, además, ha jugado en su casa. Quizá por eso, arrancó el torneo nerviosa y derrotada por la Brasil que ha confirmado su buen estado de forma. Irregular, fría y sin esa motivación extra que aporta jugar en casa, un balance de dos derrotas y cuatro victorias, la anfitriona verá la fase decisiva desde la grada.
La historia continúa
Los grandes jugadores, en cualquier disciplina, tienen un derecho histórico adquirido con el paso de los años por el que se les espera en cualquier circunstancia. El genio y figura croata, casi rey del balomano croata, Domagoj Duvnjak, hizo pensar lo peor la semana pasada, cuando sufrió una lesión muscular en su último Mundial. En el de su casa. Mejor jugador del mundo en 2013, el todavía jugador del Kiel quería poner el broche perfecto en su casa. Hasta el partido conra Argentina. El primera línea dejó la pista por un pinchazo en su gemelo. La preocupación era notable entre los aficionados del país balcánico. Los rumores de posibles reemplazos se sucedieron, pero en el siguiente partido, lesionado, Duvnjak estaba en la convocatoria. Sentado en el banquillo junto a sus compañeros. Luchó contra viento y marea por una milagrosa recuperación. ¿El resultado? Volver a la pista casi una semana después para marcar a Eslovenia un gol que certifica el pase de Croacia a los cuartos de final. Jugará ante Hungría. Casi sin poder andar y llevando la lucha por bandera, el mito Duvnjak continúa.