Con el paréntesis de agosto a punto de abrirse, la maquinaria institucional europea se toma una tregua formal que poco tiene de descanso real. A las puertas del nuevo curso político, la Unión Europea acumula una agenda densa y estratégica que marcará el segundo año de la legislatura 2024–2029. Del presupuesto plurianual a las prioridades geopolíticas, pasando por la reforma institucional, la ampliación o el futuro del Pacto Verde, septiembre se perfila como un mes de alta tensión y definiciones clave. La Comisión, el Parlamento y el Consejo retornarán con poco margen para la tregua: los desafíos estructurales exigen respuestas urgentes y concertadas.
LA REFORMA ECONÓMICA, EN PRIMER PLANO
Uno de los frentes más inmediatos será la revisión del Marco Financiero Plurianual y del Fondo de Recuperación, cuyo despliegue sigue siendo desigual entre Estados miembros. La ralentización del crecimiento, el repunte del gasto en defensa y la necesidad de adaptar la política fiscal a los nuevos retos digitales y climáticos obligarán a la Comisión a proponer soluciones creativas y políticamente viables. Persisten, además, las divisiones sobre la gobernanza económica: mientras algunos gobiernos reclaman disciplina y contención presupuestaria, otros insisten en que sin inversión estratégica no habrá transición justa ni autonomía europea real.
MIGRACIÓN, AMPLIACIÓN Y CLIMA
El otoño traerá también el relanzamiento de tres debates estructurales: el nuevo Pacto de Migración y Asilo, la ampliación hacia Ucrania y los Balcanes, y la segunda fase del Pacto Verde. Los avances registrados durante la presidencia belga del Consejo no han sido suficientes para consolidar un consenso duradero. Las tensiones entre Estados miembros, las resistencias internas en el Parlamento y el desgaste social por el coste de la transición ecológica complican aún más las negociaciones. El reloj institucional avanza y los márgenes de maniobra se reducen: sin acuerdos sólidos antes de 2026, muchas reformas clave podrían quedar atrapadas en el calendario electoral de mitad de legislatura.
UN MOMENTO POLÍTICO DECISIVO
Aunque aún lejos de las elecciones de 2029, el segundo año de legislatura será fundamental para definir el rumbo político del mandato. La Comisión Von der Leyen encara esta etapa con el desafío de mantener el impulso reformista sin perder cohesión entre sus socios. Al mismo tiempo, los grupos políticos del Parlamento afilan sus perfiles: el Partido Popular Europeo quiere capitalizar su hegemonía reforzando la seguridad y la competitividad; los socialistas europeos priorizan la justicia social y la transición ecológica; y tanto la derecha radical como los grupos euroescépticos aspiran a consolidar su crecimiento erosionando los consensos tradicionales. Septiembre no solo marca el retorno a la actividad: será también el inicio de un pulso político que puede redefinir las prioridades de Europa en la segunda mitad de la década.