donostia - “Lo único imprescindible en una maleta es el pasaporte y el dinero”, asegura Lyndra Weaver (20 de junio de 1987, Washington). Y algo sabe de maletas la jugadora del IDK Gipuzkoa, toda una trotamundos del baloncesto. No en vano, el guipuzcoano es su equipo número doce como profesional... en nueve países distintos, además de su Estados Unidos natal. Tras formarse en la Universidad de Virginia y hacer la pretemporada con el Connecticut Sun de la WNBA, cruzó el charco para comenzar su trayectoria profesional en el TTT Riga (Letonia). Eso fue en el año 2009. Luego su carrera le ha llevado por Turquía, Israel, Polonia, Italia, Puerto Rico, España, Ecuador y Argentina.
Lo del pasaporte y el dinero tiene su explicación. “En Ecuador, en pleno partido un terremoto hizo temblar el pabellón. Me acuerdo que estaba botando el balón y miré a mi entrenador, que se fue corriendo de la cancha. Yo hice lo mismo. Tras aquello pensé que lo único que realmente necesito si tengo que salir corriendo de un sitio es el pasaporte y el dinero”. Es una de las numerosas experiencias que ha vivido Weaver en sus doce equipos. En dos de ellos, el Maccabi Ramat Hen y el Lavezzini Parma, solo jugó un partido. En el conjunto israelí la querían como pívot pura, posición en la que ella no encaja, mientras que el motivo de su fugaz estancia en el club italiano fue una lesión.
Más satisfactoria fue su estancia en el Riga letón, con el que jugó la Euroliga; el Gorzow polaco, con el que estuvo temporada y media, logrando el tercer puesto liguero en la primera o el Gigantes de Carolina, ya que Puerto Rico “es una liga muy fuerte, más de lo que la gente se espera”. Pero es en España donde reconoce sentirse “más cómoda”. “El estilo de juego me va bien. Todas las jugadoras pueden correr, las ala-pívots como yo jugamos abiertas, es una competición muy profesional... me adapto bien”. Weaver descubrió la Liga Femenina en 2014 cuando fichó por el Rivas y repitió un año después, fichando por el CREF Hola. Este pasado verano volvió de la mano del IDK Gipuzkoa.
Con 30 años y tantos equipos a sus espaldas, la estadounidense -una jugadora que se cuida mucho y a la que básicamente le gusta “cocinar y descansar” cuando no está entrenando y jugando- tiene claras sus prioridades a la hora de elegir equipo: “Lo primero que pregunto es si tienen fisioterapeuta, porque la liga es larga y hay que estar bien todo el año. También pregunto si pagan a tiempo y en qué posición acabó el equipo el año anterior. Y pregunto al entrenador qué espera del equipo y de mí”. Una vez hecha la elección del equipo, la estadounidense pone todo de su parte para que la temporada vaya bien. Pese a ser una de las estrellas de la Liga Dia -promedia 15,6 puntos y 7,7 rebotes-, su actitud en el día a día es de sencillez y compañerismo. “Intento ser una buena compañera, respetar al entrenador y a las demás jugadoras. Un equipo es como una familia”. Su experiencia en tantos equipos le hace ser una persona que se adapta “con facilidad” a distintas situaciones.
“emocionada” con la copa Curiosamente, pese a su fructífera y variada trayectoria, Weaver únicamente ha disputado una Copa, la de 2015 en las filas del Rivas. El problema es que en semifinales se encontraron con el Perfumerías Avenida, que les derrotó por un contundente 74-47. “Recuerdo la defensa que nos hicieron. No metí mi primer punto hasta el tercer cuarto (acabó con siete)”.
Una experiencia que le hace afrontar con más ganas si cabe la Copa de este fin de semana en Zaragoza. “Estoy emocionada, como todas mis compañeras, solo por el hecho de estar ahí, porque significa que estamos en el top 6 de la liga. Es un gran evento porque jugamos contra las mejores, y el ambiente y la energía de los equipos es especial”.
Weaver no da importancia al hecho de que el Ferrol, tercer clasificado en Liga, sea ligeramente favorito en el duelo de cuartos de final del viernes: “Ganarles es un reto. Son un gran equipo, pero nosotras también. Queremos divertirnos, jugar como equipo y hacer un gran partido. Estamos entrenando bien y trabajando duro. Vamos a ir a hacer nuestro mejor juego y divertirnos, nada más, sin presión. Lo importante es que hagamos lo que sabemos”.