- La Unión Europea (UE) quiere aprovechar la mejora en sus relaciones con Turquía a raíz de la rebaja de las tensiones en el Mediterráneo Occidental para impulsar una dinámica positiva con su vecino, pero deja la puerta abierta a adoptar medidas restrictivas si Ankara da marcha atrás. “Hemos acordado que es importante seguir alentando desarrollos positivos, aunque es importante mantener todas las opciones sobre la mesa”, explicó el alto representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, tras el consejo de ministros de Exteriores de los Veintisiete.

En la reunión se abordaron las relaciones con Turquía, de cara a la cumbre de líderes comunitarios del jueves y viernes que deberá decidir su rumbo, así como la relación con Rusia.

El debate sobre Turquía se desarrolló sobre la base de un informe elaborado por la Comisión que reconoce que desde diciembre se han visto “señales en la dirección correcta” por parte de las autoridades turcas y pasos hacia una desescalada en el Mediterráneo Oriental, con la retirada de barcos turcos de zonas económicas exclusivas de Chipre. Ankara ha “rebajado la retórica” y ha expresado interés en tener una relación fuerte con la UE, indicó Borrell, quien precisó que la desescalada “sigue siendo frágil”.

Por el lado negativo, la situación interna en Turquía sigue suscitando “grave preocupación”, incluyendo las amenazas de ilegalizar al partido prokurdo HDP o la reciente retirada de Turquía del Convenio de Estambul contra la violencia machista. Esta “mezcla” de factores deberá ser tenida en cuenta por los jefes de Estado y de Gobierno, a quienes el informe proporciona “directrices sobre enfoques positivos y negativos”, explicó el jefe de la diplomacia comunitaria.

El texto, que aún tiene que ser evaluado por los líderes, llama a proponer “posibles áreas de cooperación” entre la UE y Turquía para permitir un “enfoque progresivo, proporcionado y reversible”, siempre y cuando “los esfuerzos de Turquía sean sostenidos y reforzados”.