- Llamadas al boicot, campañas en redes sociales y ahora también manifestaciones que llevan a nuevas cotas de tensión el enfrentamiento entre Turquía y Francia, que se está fraguando desde hace meses en varios frentes.

Ankara y París llevan varios días intercambiando comunicados de lenguaje poco diplomático, desde que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, recomendara a su homólogo francés, Emmanuel Macron, hacerse un “control mental” por su “obsesión con el islam”.

La protesta llegó ayer a la calle con manifestaciones en numerosas provincias de Turquía, acompañadas de gritos de “Macron, terrorista” y enarbolando un retrato del mandatario francés con la huella de un zapato impresa encima a modo de insulto.

La tensión ha estallado después del asesinato del profesor Samuel Paty, por mostrar en una clase la caricatura de Mahoma. Las medidas puestas en marcha por Macron para poner coto al extremismo islamista que alienta este tipo de actos han suscitado airadas reacciones del Gobierno turco, que ha denunciado un “ataque al islam” y actitudes “racistas y fascistas”.

Los portavoces de la manifestación de este martes, convocada por el sindicato de funcionarios Memur-Sen, uno de los mayores del país y cercano al Gobierno del partido islamista AKP y a Erdogan, prefirieron hablar de “valores sagrados” y “humanidad”, si bien el acto terminó con el grito “Mahoma, te queremos” y fórmulas islámicas.

El choque diplomático de esta semana solo es el último paso en una cadena de enfrentamientos geopolíticos que empezó en primavera alrededor de la guerra civil de Libia.

Turquía mantiene desde enero un contingente militar en Trípoli para fortalecer el Gobierno de Fayez Al Serraj, único reconocido por la UE y Naciones Unidas, mientras que Francia ofrece respaldo diplomático y posiblemente militar al general rebelde Jalifa Hafter.

En el pulso que Turquía mantiene con Grecia y Chipre por la búsqueda de gas en el Mediterráneo Oriental, Francia ha intervenido del lado de Atenas enviando buques de guerra y cazas para maniobras. Y, finalmente, Macron ha sido el único líder europeo que ha tomado públicamente partido por Armenia y contra Azerbaiyán en la guerra por Nagorno Karabaj en la que Ankara apoya rotundamente a Bakú.

Políticos del AKP, influyentes periodistas y centros de análisis llevan meses propagando la imagen de Francia como “potencia colonialista” y difundiendo listas de “masacres, genocidios” perpetrados por París desde 1793, pasando de Vietnam a Senegal, Chad, Argelia o Ruanda e incluyendo la “misión cristiana” en África entre estas fechorías. Con esto, la imagen de Macron con el mayor enemigo del islam se está así solidificando en gran parte de la opinión pública turca.

Miles de islamistas se concentraron también ayer en Dacca (Bangladesh) para protestar por comentarios del presidente francés sobre el islam y su respaldo a las caricaturas del profeta Mahoma como defensa de la libertad de expresión.

La manifestación, encabezada por el partido islamista Movimiento Islámico de Bangladesh, reunió a 15.000 personas en la puerta de la mezquita capitalina Baitul Mukarram. Los participantes marcharon hacia la embajada francesa en Dacca hasta que la policía los atrincheró colocando barricadas antes de llegar, lo que llevó a que se disolviera la marcha sin incidentes violentos, informó a Efe el oficial de policía Abu Bakar Siddiq.

Los manifestantes acusaron a Francia de promover la islamofobia portando diferentes carteles con lemas como “La islamofobia no es libertad”, y pidiendo “Expulsar al embajador francés de Bangladesh”.

Sin embargo, hasta ahora no ha habido ninguna reacción oficial a los comentarios de Macron de las autoridades de Bangladesh, un país de 160 millones de habitantes de los cuales más del 90% son musulmanes.

“El presidente francés debe disculparse por sus comentarios. Si no lo hace, exigimos al Gobierno de Bangladesh que rompa las relaciones diplomáticas con Francia. También instamos a la gente a boicotear los productos franceses”, dijo el portavoz del partido islamista, Atiqur Rahman. Por su parte, el también participante en la protesta Fazle Bari Masood explicó que otra de sus exigencias al Gobierno es que convoque una sesión del Parlamento para condenar formalmente los comentarios del presidente francés.

Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, boicot a los bienes turcos. Varias cooperativas en Catar, Kuwait y Jordania ya han retirado productos franceses de sus estanterías y se han producido manifestaciones en repulsa de la política de Macron frente al Parlamento de Kuwait, en la franja de Gaza, y algunas zonas de Libia y Siria. Sin embargo, no hay agitación en Arabia Saudí, un reino que, junto a Emiratos Árabes Unidos, impuso un embargo a Catar hace tres años, y ha prohibido extraoficialmente los productos turcos en medio de la tensión con Turquía por su respaldo a los movimientos islamistas en la región.