Si el referéndum del brexit se hubiese convocado solo en la City de Londres, el 90% habría votado en contra, sostiene Javier Fernández Hidalgo, director del restaurante español Hispania. Su clientela forma parte del medio millón de personas que trabaja cada día en el gran distrito financiero británico, el más importante de Europa.

"Crean un ambiente muy internacional", dice. Son, en su mayoría, empleados de bancos, de aseguradoras o de firmas financieras que comparten su jornada en una superficie de apenas tres kilómetros cuadrados.

También da de comer a los turistas o ejecutivos de todo el mundo que visitan una de las zonas más antiguas de la capital, levantada sobre el Londinium romano.

Lejos de esa burbuja, la "triste" realidad es que el Reino Unido votó a favor de salir de la Unión Europea (UE), lamenta. A simple vista, el brexit parece que no ha hecho mella en la confianza de la City. Son las cinco de la tarde de un viernes y, con el fin de la jornada, sus estrechas calles se convierten en autopistas humanas.

El restaurante empieza a llenarse (de nuevo). La cocina que dirige el chef Marcos Morán -con una estrella Michelín en su currículum- está abierta todo el día.

El triunvirato que dirige el Hispania lo completa el diseñador Lorenzo Murillo, responsable de ambientar un espacio de dos plantas y casi 800 metros cuadrados integrado en unos de los edificios más emblemáticos de la City, la antigua "casa" del Lloyds Bank de Lombard Street, con siglos de historia a sus espaldas.

Después de exportar durante años productos españoles al extranjero, se mudó a Londres en 2011, tras detectar la falta de establecimientos como este. "Faltaba ese gran centro de unión de la comunidad española, que hace diez años se había convertido en una muy pujante, con mucho dinero y con muchos negocios". No preveía, por supuesto, la "pesadilla" del brexit.

"Nosotros habíamos conocido siempre un solo Reino Unido. Pero con el referéndum hemos visto que hay dos, los que apoyan la permanencia en Europa y los que quieren salir. Vimos cierta crispación, la que yo no había visto nunca y esto ha cambiado muchas cosas".

La contundente victoria del primer ministro británico, el conservador Boris Johnson, en las elecciones generales aleja el fantasma de un brexit sin acuerdo, salvaje, pero las dos partes deben aún negociar su futura relación comercial y reafirmar los derechos de los ciudadanos tras el divorcio: "Lo que nos da miedo son las reglas del juego porque nosotros necesitamos, ya que vendemos la imagen de España, ese personal cualificado español".

De momento, Londres y Bruselas han acordado -de palabra- que aquellos europeos que lleven más de cinco años en el Reino Unido podrán solicitar un permiso de residencia permanente o la doble nacionalidad.

El resto deberá solicitar el "estatus de pre-asentamiento" a través de un proceso que se puede efectuar con una aplicación del teléfono móvil o en las misiones consulares.

"La hostelería -recuerda- es un negocio con mucha rotación. Nosotros ya estamos solucionando el papeleo para todos los empleados. Yo no temo por los que están aquí ahora, porque podrán continuar aquí. El problema es cuando estos empleados quieran volver a España o cambiar de trabajo y tengamos que reemplazarlos".

Desea que este asunto quede cerrado al final de esta separación, pero ahora mismo, sin garantías legales vinculantes, el Gobierno británico "tiene potestad para decir hasta aquí dejo entrar o no". Al fin y al cabo, la cuestión de la soberanía sobre asuntos migratorios fue uno de los principales motivos por los que el electorado optó por salir de la UE.

Javier también confía en que una salida ordenada dé estabilidad a la libra esterlina. Además del restaurante en Londres, este grupo empresarial tiene otro Hispania en Bruselas y, "todos los años", ha "repatriado capital a España".

"Esos capitales hace tres años eran un 50% más altos que ahora, o un 25% dependiendo cómo hagas la conversión. La libra se ha pegado un golpe importante y sigue sufriendo. Para nosotros es muy importante que vuelva la confianza a la moneda para poder comprar mejor los productos españoles y poder llevarnos el dinero que ganamos aquí a España", señala.

Javier espera que Johnson acuerde con Bruselas una relación comercial beneficiosa para ambos bloques. De lo contrario, un brexit demasiado duro podría crear problemas de abastecimiento. "En nuestra carta, la mitad de los productos vienen de España, jamones, vinos, quesos. Evidentemente, eso se solucionará, sería absurdo que un país tan abierto se bloquee", asegura.