El criminal busca intencionadamente el resultado de muerte para su víctima. Es lo que se conoce como homicidio doloso. Gipuzkoa registró el año pasado un total de 15 acciones criminales de estas características, bien consumadas o en grado de tentativa.

Supone un incremento con respecto a 2019 -dos más-, a pesar del descenso acusado de los delitos leves y menos graves que trajo consigo el confinamiento, el cierre de actividades socioeconómicas o las limitaciones de movilidad perimetrales. Cinco de estos casos pasaron por el tribunal del jurado, entre los que figura la celebración de un juicio por la muerte de una mujer mayor a manos de su hijo.

Son algunos de los datos que recoge la Memoría de la Fiscalía de 2020, en la que no se oculta la dificultad añadida que ha entrañado la pandemia este último año a la hora de mantener abiertas las investigaciones policiales para determinar la autoría de hechos delictivos. Los recursos se han visto seriamente mermados por la mayor carga de trabajo derivada de nuevas tareas como vigilancias de cuarentenas, restricciones de movilidad por cierres perimetrales o toques de queda.

QUEBRANTAMIENTOS DE CONDENAS

Uno de los principales motivos de preocupación, tanto para instancias judiciales como policiales, son los quebrantamientos de condenas y medidas cautelares. El año pasado se computaron 427 en Gipuzkoa, una cifra demasiado elevada teniendo en cuenta que se trata de situaciones en las que se rompe la medida de protección adoptada para distanciar al agresor de su víctima.

Los presuntos quebrantamientos de medidas cautelares son incoados como procedimientos de diligencias urgentes, porque de lo que se trata es de actuar a la mayor celeridad para evitar que se perpetúe la violencia doméstica.

También la de género, en la que el 30% de las víctimas en Gipuzkoa son extranjeras.

El documento de la Fiscalía precisa que el hecho de ser mujer, foránea, y en situación irregular alimenta la vulnerabilidad hasta tal punto que, debido al temor a ser expulsadas a su país, se silencian con frecuencia hechos violentos cometidos por la pareja o ex-pareja.

MALTRATO HABITUAL

En Gipuzkoa durante el año pasado no se dictó ninguna sentencia condenatoria por un delito de violencia de género con resultado de muerte. Sin tener que llegar a lamentar tal desenlace, destaca de la memoria el incremento en un 115% del número de procedimientos incoados por maltrato habitual durante el año pasado.

Se entiende por tal, aquella situación alimentada por un clima de "insostenibilidad emocional", que se crea por una "violencia psicológica de dominación" y que es ejercida mediante violencia física, verbal y sexual.

Debido al incremento de procedimientos de esta naturaleza abiertos, la Fiscalía solicitó el año pasado un mayor número de informes a la Unidad de Valoración Forense Integral. La media hasta que se facilita el diagnóstico es de cuatro meses.

La memoria subraya la "fundamental labor" que están desempeñando psicólogos y médicos de las Unidades de Valoración Forense, encargadas de valorar la afectación psicológica de la víctima de violencia de género, una de las principales pruebas de la Fiscalía para acreditar el delito de maltrato habitual y agresión sexual.