El servicio de atención telefónica a mujeres víctimas de violencia-Satevi (900 840 111) atendió a 830 víctimas durante el confinamiento por la pandemia, en el que se modificó el protocolo de actuación para poder atender a las mujeres que llamaban en presencia de su agresor con "una conversación en clave que requería respuestas con monosílabos" para no dar "pistas" del motivo de la llamada. El protocolo sigue activo para situaciones similares.

El balance de 2020 del servicio Satevi ha sido presentado este lunes en una rueda de prensa en Bilbao por la consejera de Igualdad del Gobierno Vasco, Beatriz Artolazabal, y la coordinadora del servicio, Oiane Zarate, acompañadas por la directora de Emakunde, Izaskun Landaida, y la viceconsejera de Políticas Sociales, Lide Amilibia.

Satevi es un servicio telefónico "abierto 24 horas y 365 días al año", que es "inmediato, anónimo, confidencial y gratuito, y no deja rastro en la factura telefónica", y que está atendido psicólogas, educadoras y trabajadoras sociales, principalmente, según han explicado.

"Ya sabíamos que el 900 840 111 es un servicio esencial, pero, durante los meses en los que casi todo se detuvo, su capacidad de adaptación fue trascendental", ha señalado Artolazabal en referencia al confinamiento por la pandemia de covid-19.

En este sentido, ha explicado que las mujeres suelen buscar "la ocasión más apropiada" para acudir al servicio y, en concreto, el día de la semana que más llamadas se recogen es el lunes, principalmente porque "las mujeres han dejado a los hijos o hijas en la escuela y el agresor no está junto a ellas". Sin embargo, ha recordado, durante el confinamiento, esos "momentos de sosiego" dejaron de producirse y "todos los días eran iguales".

De este modo, el balance recoge que, en el confinamiento, algunas de las llamadas que recibió el servicio se realizaron aprovechando que el agresor había salido a hacer la compra o sacar la basura. Un total de 830 mujeres víctimas marcaron el 900 840 111 durante ese periodo, de las que 422 convivían con su agresor y otras 408 no lo hacían pese a sufrir violencia o amenazas.

Artolazabal ha reiterado que "cualquier mujer puede ser víctima de la violencia machista", que constituye "la máxima expresión de la desigualdad de género". "Estos hombres ejercen violencia sobre mujeres por el hecho de ser ellos hombres y ellas mujeres", ha recalcado.

Por otro lado, ha explicado que el equipo profesional de Satevi, compuesto por ocho mujeres, se vio obligado a poner en práctica "mecanismos de autocuidado" ya que, "aun en su propio confinamiento, siguieron atendiendo las llamadas del servicio". En este sentido, establecieron un plan de llamadas y videollamadas para "darse apoyo mutuo" y mantener "el estado emocional neutro" que requiere su trabajo.

AUMENTAN LAS LLAMADAS

Por lo que respeta a los datos del conjunto del ejercicio, Satevi registró 2.674 llamadas --por encima de las 2.645 de 2019-- realizadas por 1.961 personas demandantes. Por territorios, Bizkaia concentra el 55% de las llamadas, seguida de Gipuzkoa, con 26%, y Alava, con 16%. Un 3% de las llamadas recibidas procedía de fuera de la Euskadi, en su mayoría de personas allegadas a víctimas residentes en la comunidad autónoma.

Del total de personas atendidas, 1.322 fueron mujeres que alertaban ser víctimas de violencia (el 73,6% de las llamadas). Otras 468 fueron personas allegadas a las víctimas (19,4% de llamadas), y 171, profesionales (6,8%), en función de los datos aportados por Oiane Zarate. Del total de las mujeres atendidas, 13 se encontraban embarazadas en el momento de la atención, y todas ellas eran víctimas de violencia ejercida por la pareja o expareja. El 56,2% de las víctimas atendidas tenía menores a su cargo.

En todos los casos de violencia de género atendidos se detectó alguna señal de maltrato psicológico, al que se le sumó también maltrato físico en 596 casos (48,10%), económico en 374 (30,19%), y sexual en 95 (7,67%). Respecto a este último, el informe advierte de que se trata de un dato relativo teniendo en cuenta "la gran dificultad de visibilizar este maltrato" por parte de las víctimas.

La duración media de las llamadas recibidas en 2020 fue de 27 minutos, lo que refleja "el carácter de intervención psicosocial" que tiene este servicio. "No solo se facilita una información o derivación concreta. Se ofrece una intervención en la que se analizan las necesidades de la persona que llama, buscando un itinerario de salida, de cara a promover un acompañamiento continuado al proceso en el que se encuentre", ha explicado Zarate.