Las residencias de personas mayores han sufrido, y mucho, los efectos de una pandemia atroz que ha causado muchos fallecimientos en su seno.

Desde que hace casi un año el covid comenzó a dejar tras de sí la peor de las huellas, uno de los focos de atención para las administraciones ha sido, precisamente, el de las residencias.

En el caso de Gipuzkoa, desde el área de Políticas Sociales de la Diputación se ha tratado en todo momento de paliar los efectos del covid en un recurso asistencial con usuarios de máximo riesgo.

Lamentablemente, en torno a 322 personas han perdido la vida tras contraer coronavirus en las residencias, pese a la adopción de numerosas medidas de seguridad.

Ha llegado la vacuna y las residencias del territorio ya han administrado la segunda dosis, culminando el pasado viernes un proceso que se inició el pasado 27 de diciembre.

Bien sea por la vacunación, bien porque las medidas adoptadas han hecho su efecto, o bien por la suma de todos los factores que intervienen a la hora de poner freno a los contagios, lo cierto es que febrero está siendo un mes más tranquilo para las residencias, en las prácticamente no se han dado contagios.

Es más, el martes se notificó un nuevo contagio después de nueve días sin contabilizar ninguno en la red de centros de Gipuzkoa.

Otro dato para el optimismo es el de las curaciones, el de las personas mayores que han superado el covid en la segunda ola, contabilizada desde el 11 de agosto, que se van acercando a los 700.

Cada día se notifican nuevas recuperaciones, que marchan a un ritmo superior al de los contagios.

Pero no hay que bajar la guardia, por la especial vulnerabilidad de los usuarios de las residencias. De ahí que desde la Diputación no se contemple una relajación inminente de las medidas preventivas y de seguridad, pese a que se esté garantizando un equilibrio con el desarrollo de visitas para contribuir a que el estado emocional de los usuarios no empeore.

Aunque durante meses hemos sufrido con los noticias que llegaban desde las residencias, lo cierto es que 23 de las 65 que configuran la red del territorio han conseguido que el covid no entre: San José de Azkoitia; San Martín de Azpeitia; Txara I, Aldakonea, Berriz I, Cruz Roja, Villa Herminia y San José de la Montaña, en Donostia; San Lázaro de Elgoibar; Ama Xantalen y Servicios Bidasoa en Irun; Atsobakar de Lasarte-Oria; Santa Cruz de Legazpi; Mikel Deuna de Mutriku; San Pedro de Pasaia; San Juan de Segura; Nuestra Señora de la Merced, en Soraluze; Uzturre de Tolosa; Santiago de Villabona; Gisasola y San Juan en Zestoa; Fraisoro de Zizurkil y San Juan de Zumaia. Ahora solo queda esperar que en las pocas residencias en las que se contabilizan casos activos de covid la situación vaya mejorando y, por fin, se lleguen a controlar los efectos de una pandemia devastadora.