l Hospital Donostia es hoy en día un titán inmerso en la lucha contra el COVID-19 que no cesa de atender a cientos, miles de pacientes, que acuden con patologías que nada tienen que ver con el coronavirus.

En el Hospital Donostia cada día muere y nace gente, se dan nuevas oportunidades y se sentencia, se opera y se enyesa, se consuela y se felicita. Todo lo que pasa en cada planta, en cada habitación, tiene gran trascendencia, porque afecta a la vida, al bienestar de las personas que depositan su confianza en quienes les atienden.

Las y los profesionales que elaboran las fichas, limpian las habitaciones, cambian las luces, hacen las curas, transplantan órganos, controlan los tratamientos, suturan, sufren y se alegran, son quienes han escrito la historia de un hospital que es el que es por la unión de distintos centros sanitarios.

El camino ha sido largo y no exento de dificultades y quienes conocen desde hace décadas el funcionamiento interno del gigante sanitario coinciden en realizar un balance positivo de su vida laboral.

La nostalgia no puede dejar de teñir el relato de unos profesionales que se han dedicado en cuerpo y alma a la meritoria tarea de atender, cuidar, sanar y consolar.

NOTICIAS DE GIPUZKOA ha conversado con cindo de los protagonistas de estos 60 años de historia. La secretaria de dirección Ana Osés recuerda con "nostalgia los tiempos en los que éramos una familia". Tiempos en los que José Félix Martí-Massó fue pionero en la puesta en marcha de la unidad del ictus, "una de las mejoras fundamentales" del centro hospitalario.

Seis décadas que evidencian la mayor presencia del Hospital Donostia en el día a día de la sociedad guipzucoana, como constata la que fuera enfermera de la Unidad de Transplantes Pilar Olaizola o como corrobora Max Pérez, jefe de celadores. Los últimos meses, con el coronavirus, también tienen un papel destacado en el recorrido de seis décadas: Virgilio Rodríguez, del Servicio de Mantenimiento, reconoce que han sido meses "de locura".

El Hospital Universitario Donostia cumple 60 años pero no está para celebraciones, ya que esta efeméride ha coincidido con la irrupción del COVID-19.

Si la pandemia ha vuelto del revés el día a día de la sociedad en general, su influencia en el trabajo diario del personal sanitario ha sido brutal, ni más ni menos.

Pocas celebraciones, en consecuencia, más allá de la creación de un logotipo conmemorativo de este aniversario, la organización en la entrada principal del hospital de una exposición fotográfica titulada 60 urte-60 argazki/60 años-60 fotos60 urte-60 argazki/60 años-60 fotos y el uso de las redes sociales para compartir las imágenes de esos profesionales que lo dan todo en la sanidad pública.

Se ha puesto nombre y cara a quienes luchan contra la pandemia pero también a quien lo hace contra el cáncer, ayuda a traer criaturas al mundo o hace posible que vuelvas a correr. A quienes mientras el dolor y la incertidumbre te acechan te consuelan, te hacen sentir más cómodo, te dan comer, te limpian y, en definitiva, te cuidan con profesionalidad. En 60 años, la lista de profesionales suma ya muchos nombres.