Casi la mitad de la energía consumida en Gipuzkoa procede del petróleo y derivados, como consecuencia, fundamentalmente, de los desplazamientos en vehículos motorizados. El transporte es, precisamente, la gran materia pendiente en sostenibilidad medioambiental. Así se desgrana del informe anual elaborado por el Departamento foral de Medio Ambiente para evaluar la evolución y el grado de cumplimiento del territorio con respecto a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)17Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados por la ONU para 2030. Este informe ha sido dado a conocer hoy por el diputado de Medio Ambiente y Obras Hidráulicas, José Ignacio Asensio, y la directora foral de Medio Ambiente, Mónica Pedreira.

Según ha desgranado Pedreira, Gipuzkoa presenta evoluciones “no suficientemente buenas” en áreas como el transporte, la pobreza energética, la implantación de energías renovables, entre otras. Además del mencionado déficit en el transporte, que arroja a la atmósfera emisiones de efecto invernadero “muy por encima” de los generados por sectores contaminantes como la industria o el sector primario, la pobreza energética es una realidad que afecta a más de 40,000 hogares, obligados a destinar más del 8,5% de sus ingresos a pagar energía, lo que conlleva a que, en muchas ocasiones, no puedan mantener temperaturas adecuadas en casa.

Por su parte, la cuota de energías renovables es del 18,7%, muy lejos del 32% que marca la ONU para el año 2030; diez poblaciones de más de 500 habitantes no tienen sistemas de saneamientos adecuados; faltan planes de gestión o recuperación para el 96,8% de las especies amenazadas y hay que trabajar la adaptación del territorio al cambio climático.

Por contra, en ocho de los objetivos se ha “progresado notablemente”, especialmente en materia de gestión de residuos, donde la tasa de recogida selectiva alcanza el 58%, convirtiendo a Gipuzkoa en “uno de los territorios mejor posicionados” de Europa.

Asimismo, la calidad del aire es “buena” o “muy buena” el 98% de los días del año y la intensidad energética final, que mide la eficiencia del sistema económico de Gipuzkoa, se ha reducido un 22% con respecto a 2010.

Además, se valora que la calidad del agua de baño en las playas es “excelente” en el 95% de las estaciones de muestreo y que se han experimentado avances significativos en el estado de agua de los ríos y los estuarios.

“El futuro de Gipuzkoa, tanto ambiental, como económico y social pasa por avanzar en la sostenibilidad. Debemos tener claro que toda actividad humana deberá ser sostenible si queremos tener futuro y evitar la amenaza del cambio climático”, ha declarado Asensio, quien ha recordado que este informe persigue “mostrar el avance de Gipuzkoa respecto a las metas que Naciones Unidas nos propone con una visión amplia, de futuro, un futuro en el que seamos capaces de superar crisis en base a objetivos comunes y compartidos, gracias a las facilidades que otorga el hecho de hablar un mismo lenguaje, el del desarrollo sostenible, de garantizar una vida digna, igualitaria y que no deje a nadie atrás, pase lo que pase”.