- La fundación Hurkoa está de celebración, ya que ha cumplido 30 años de servicio a las personas más vulnerables, un colectivo que ante el COVID-19 ha evidenciado su gran fragilidad.

Con el objeto de mostrar su reconocimiento por la labor realizada a lo largo de tres décadas, el diputado general, Markel Olano, y la diputada foral de Políticas Sociales, Maite Peña, visitaron ayer la sede de la fundación Hurkoa, donde se reunieron con su presidente, José Luis de la Cuesta, su vicepresidenta, María Luisa Otaño, y con el director gerente, José Ignacio del Pozo.

Olano aprovechó la visita para destacar la “inestimable” labor que vienen realizando todas las personas que integran Hurkoa, desde las voluntarias a las trabajadoras y las familias, que se esfuerzan por mejorar la calidad de vida de las personas mayores en situación de dependencia, personas con discapacidad y con enfermedad.

Para contribuir a que Hurkoa pueda seguir desarrollando esta labor, el Departamento foral de Políticas Sociales ampliará el convenio suscrito con la fundación, favoreciendo que siga “combatiendo la pandemia desde la protección de las personas más vulnerables”. Con este fin, el convenio se ampliará en 2020 con 60.000 euros.

Además de seguir trabajando de forma activa en la protección de los derechos de los colectivos más vulnerables, la irrupción del COVID-19 ha hecho que Hurkoa refuerce su actividad en la atención domiciliaria, realizando un seguimiento de las personas que se encuentran en sus hogares y prestándoles ayuda de distintas formas, desde la realización de la compra a la oferta de apoyo a aquellas personas que peor lo están pasando.

José Luis de la Cuesta quiso poner el acento en la importancia que tiene “detectar lo antes posible las situaciones de desprotección”, ya que de este modo se puede intervenir con prontitud para “prevenir abusos y tratos inadecuados”.

En la actualidad en Gipuzkoa hay en torno a 5.000 personas mayores de 65 años en situación de fragilidad, según un estudio elaborado por Hurkoa, fundación que se creó en 1990 por iniciativa de Cáritas.

Un total de 145 personas voluntarias colaboran con la entidad, que tutela a un total de 441 personas y que a lo largo del último año ha atendido a más de 760. Desde su fundación, Hurkoa ha atendido a más de 6.000 personas, ha asesorado a 4.000 familias, 2.160 personas han recibido ayuda en la actividad tutelar y, de éstas, 953 han acabado siendo tuteladas por la entidad.