a naturaleza ejerció ayer como imán para los guipuzcoanos, que se lanzaron a disfrutar del día de todas las maneras posibles. El buen tiempo animó a muchas personas a subir a los montes, como se pudo apreciar en el de Ulia, donde numerosos donostiarras pasaron la mañana en compañía de sus familias y de las hojas del otoño que alfombraban los caminos.

A pesar de que la Ertzaintza señaló días atrás que no se podía ir a los montes en coche, solo a pie desde el domicilio, esta indicación fue anulada después y muchos aprovecharon ayer sus vehículos para acercarse hasta los parkings más cercanos de las zonas naturales.

Las playas también estuvieron llenas y el sol lució con fuerza por lo que algunos se animaron incluso a bañarse, a pesar de que el agua estaba a 17 grados. Los surfistas, provistos de sus neoprenos, no pasan frío y se sumergieron también entre las olas, en distintas playas.

Todos los paseos de pueblos y ciudades estuvieron también a rebosar y los caminantes aprovecharon una jornada extraña, sin bares ni restaurantes. Los ciclistas también se hicieron muy visibles tanto por los bidegorris como por las carreteras, aunque las mascarillas no siempre acompañaron a los maillots. Los corredores también aprovecharon el buen tiempo y algunos cumplieron con la Behobia virtual, ya que la auténtica, que no se produjo, estaba prevista para ayer.