- Esperar a que las restricciones den resultado, e intentar mantener la ocupación de los hospitales a raya. Las autoridades vascas estudian adoptar soluciones intermedias para frenar el virus, sin recurrir a la cuarentena severa de los ciudadanos en sus casas, aplicando un confinamiento más light. El portavoz del Gobierno Vasco, Bingen Zupiria, consideró ayer la posibilidad de implementar más restricciones sin tener que llegar a la cuarentena domiciliaria ya que la población "no puede estar encerrada en casa cada tres meses". Zupiria argumentó que "todavía se pueden adoptar muchas medidas antes de llegar al confinamiento general". El portavoz indicó que se pueden producir nuevas olas en primavera y verano si antes no se logra una vacuna y que, ante esta posibilidad, hay que buscar respuestas al "enorme reto que supone convivir a largo plazo con la enfermedad sin parar la economía, la educación presencial, el ejercicio al aire libre y la actividad social".

Fórmulas que podrían pasar por las ya adoptadas en comunidades como Castilla y León, que ha decretado el cierre de la hostelería, grandes superficies e instalaciones deportivas, y avanza confinamientos selectivos si fuera necesario. Asturias ha decidido, por ejemplo, el cierre de toda actividad no esencial. Y otras pretenden modular el modelo portugués, aplicado en marzo y abril, basado en un "deber cívico" de permanencia domiciliaria, por el que solo se debe salir del hogar para actividades esenciales como trabajar, estudiar, hacer compras o ayudar a dependientes.

Zupiria subrayó que en primavera lo que se decretó fue un confinamiento general, "el más duro en Europa", en el que se suspendió el trabajo y la educación presencial. "Todos conocemos sus consecuencias y el Gobierno Vasco está empeñado en evitar volver a esa situación. Todas las decisiones tienen ese objetivo", reiteró. "Hay que encontrar la fórmula entre ciudadanos y administraciones. No podemos estar encerrados en casa cada tres meses hasta que la ciencia consiga dominar esta enfermedad", defendió el portavoz, quien agregó que no se puede creer que "esta crisis la vamos a resolver en un mes, aunque nos lo pasemos en casa".

Hay que recordar que el lehendakari Iñigo Urkullu encabezó las peticiones autonómicas para que se aplicase el segundo estado de alarma en el Estado y se adoptaran restricciones más rigurosas para contener el COVID. Sin embargo, todo indica que ahora no sumará fuerzas con otras comunidades que abogan decididamente por un confinamiento general, como Asturias.

De hecho, esta tarde se reúne el Consejo Interterritorial de Salud en el que se sientan el Ejecutivo estatal y las autonomías, pero no parece que Euskadi vaya a pedir en ese foro modificar el estado de alarma para mandar a casa de manera generalizada a los vascos.

nuevas estrategias

Zupiria explicó que es muy complicado hacer previsiones de evolución de la enfermedad y de medidas acordes a más de cinco días vista. Por eso, recalcó que los responsables sanitarios vascos "analizan los datos día a día, pueblo a pueblo" y siempre "sin descartar ningún escenario". Para ello, anunció que mañana jueves se reunirá el consejo asesor del LABI, presidido por el lehendakari, que analizará la situación un día después de que las comunidades autónomas expongan los respectivos escenarios de sus territorios en el Consejo Interterritorial.

Esta mesa de emergencia sanitaria analizará si se adoptan más restricciones, siempre bajo el paraguas del actual estado de alarma, que no contempla el confinamiento domiciliario. En este sentido, Nafarroa ha decidido prorrogar el toque de queda, el cierre perimetral, las limitaciones de reuniones y el cierre de la hostelería otros quince días más para acotar la expansión de la pandemia.

También Euskadi podría adoptar nuevas estrategias de contención porque el lunes el lehendakari Iñigo Urkullu dejó todas las puertas abiertas. Entre ellas, adelantar el horario de toque de queda (de las 23.00 a las 22.00 o 21.00), decretar que solo se salga de casa para actividades laborales y educativas (como han hecho París o Londres) o un confinamiento domiciliario, aunque ayer se hizo hincapié en que esta será siempre la última opción. Cabe recordar que en abril Urkullu ya se opuso a un parón de la actividad industrial que acabó imponiendo el Gobierno Sánchez.

Dar una vuelta más de tuerca a las limitaciones existentes es obligado ya que Euskadi ha alcanzado ya el escenario "más grave" contemplado en el Plan Biziberri, con una tasa de incidencia de la pandemia superior a los 500 casos por cada 100.000 personas, y con indicadores por las nubes como el nivel de transmisión, o la ocupación de las UCI, que supera el 35%. Para Zupiria, "este un reto que no se podrá superar solo con restricciones normativas y con prohibiciones", por lo que volvió a apelar al cumplimiento de las medidas preventivas y a limitar la actividad social al máximo.