La tasa de casos por acumulados de coronavirus en los últimos 14 días por cada 100.000 habitantes en Gipuzkoa continúa al alza sin visos de frenar desde hace un mes y ya se sitúa cerca de superar los 1.000. El terristorio histórico, que presenta la peor cifra del conjunto de la CAV, vive inmersa en una serie al alza desde el 5 de octubre, aunque el crecimiento de los últimos días sea de un ritmo menor.

En una semana cuya evolución el Gobierno Vasco estima decisiva a la hora de valorar nuevas restricciones, la tasa en Gipuzkoa superará los mil casos, mientras que Bizkaia y Araba siguen la senda de Gipuzkoa, aunque con entre una y dos semanas de retraso: si el territorio histórico guipuzcoano arrancó su escalada el 5 de octubre, Bizkaia inició su tendencia al alza el 15 de octubre (de 231,26 casos a 608,04 actuales), mientras que Araba ha llegado a 469,86 desde el 13 de octubre (245,15).

Muy lejos quedan los primeros siete días de junio, cuando Gipuzkoa acumuló otras tantas jornadas con la tasa a cero. Hoy el territorio histórico se halla en una serie de cuatro semanas en las que el indicador no ha hecho más que parar desde el 253,21 de primeros de octubre hasta llegar a los 972,68 conocido este martes.

¿Qué dicen los datos? Gipuzkoa puede estar ante una ralentización del ritmo de crecimiento de la tasa de incidencia. Aunque conviene recordar que el indicador continúa subiendo. ¿Cómo lo hace? En el último mes la tasa ha crecido cada día entre el 0,53% del 7 de octubre respecto a la víspera, hasta el 10,4% que se registró el 16 de octubre. En esas horas, la tasa aumentó de 386,5 casos a 426,8.

La media diaria del último mes arroja un crecimiento del 4,62%, aunque si vamos semana a semana, los datos cambian: la primera tras el giro de tendencia, del 5 al 11 de octubre, la tasa promedió un 3,09% de incremento. Esta cifra se dispara entre el 12 y el 18 de octubre, al punto de llegar al 6,32%. Entre el 19 y el 25 de octubre, la tasa de incidencia crece un 6,4% cada día. La última semana, en cambio, la media diaria (aún en crecimiento) es inferior: 3,6%.

A la espera de ver si este lento cambio de tendencia se confirma en las próximas semanas y entra en el ansiado decrecimiento, un dato: la última vez que Gipuzkoa se situó por debajo de lo que los indicadores europeos consideran zona roja (50 casos por cada 100.000 habitantes, y no los 500), fue el 17 de julio, con 40,57 casos.

El mes siguiente el indicador fluctuó por debajo de los 100 positivos acumulados. Tras el punto más elevado de la serie (364,34, el 7 de septiembre), la tasa encadenó casi un mes completo de caídas pese a la vuelta a la actividad, hasta situarse en 253,21 el 4 de octubre.

Ese día arrancó la actual serie, de constante crecimiento que metió al conjunto de Gipuzkoa en zona roja el 19 de octubre. Ese día se terminó de desbordar la tasa por cada 100.000 habitantes por encima de los 500 casos. Las principales ciudades como Donostia, Irun y Errenteria entraron en ese listado una semana después.

Catorce de los municipios más poblados, por encima de los 1.000

Estas cifras del territorio son consecuencia de lo que sucede municipio a municipio: 32 de las 34 localidades con más de 5.000 habitantes están en la zona roja, que engloba a aquellos cuya tasa supera los 500 casos. Más aún, casi la mitad de ellos (Azkoitia, Azpeitia, Beasain, Bergara, Eibar, Hernani, Lazkao, Lezo, Ordizia, Tolosa, Urnieta, Urretxu, Villabona y Zumaia) supera el millar de diagnosticados, mientras que la situación en las tres principales ciudades del territorio tampoco es halagüeña: Donostia suma 131 positivos en las últimas horas y acumula una tasa de 792,72 casos, Irun se sitúa en 702,85 positivos en los últimos 14 días por 100.000 habitantes y Errenteria, 772,28.

Mutriku, que ya formó parte de la lista roja, continúa fuera de ella con 356,21 positivos por 100.000 habitantes en las últimas dos semanas, mientras que Orio, que aún no ha entrado, acumula positivos al punto de elevar el indicador a 412,47 casos.

La incidencia acumulada en los últimos 14 días por cada 100.000 habitantes es uno de los indicadores al que el Gobierno Vasco atiende al evaluar la necesidad de aplicar unas u otras medidas del plan Biziberri II contempla, según el escenario. Osakidetza ha recordado que a la hora de evaluar la gravedad de la pandemia se tienen en cuenta además de la incidencia acumulada otros indicadores como el grado de saturación hospitalaria y de las UCI, que también van hacia arriba.