- La Diputación de Gipuzkoa estudiará el efecto de fertiliantes y bioestimuladores solubles en 260 hectáreas de pinos que sufren la enfermedad de la banda marrón. Este ensayo se llevará a cabo en otras 280 hectáreas en Bizkaia y 60 en Araba.

Este tratamiento experimental se enmarca en la segunda fase de un plan piloto iniciado por Neiker el pasado año, que busca soluciones innovadoras y sostenibles para erradicar esta enfermedad con el objetivo foral de fortalecer el sector forestal, promoviendo mejoras en la productividad, la transformación y potenciando las posibilidades como recurso energético.

Según informó ayer el Gobierno Vasco en un comunicado, estos productos se componen de macro y micronutrientes mezclados con derivados de algas y otras sustancias naturales que, adaptados a las condiciones de las acículas de pino, ayudarían a fortalecer la resistencia natural de las masas de pino radiata y pino laricio. “No son fitosanitarios, sino sustancias naturales con nutrientes y bioestimulantes que activan la defensa de los árboles”, explicaron, y añadieron que estas sustancias cuentan con la certificación europea sobre la adecuación de los mismos como fertilizantes utilizables en producción ecológica

Estos bioestimulantes y fertilizantes serán aplicados de forma aérea -mediante helicóptero- sobre parcelas que no fueron tratadas en 2019.

El plan piloto experimental para combatir la banda marrón y la banda roja del pino comenzó el pasado año, cuando se testaron más de 70 materias activas de productos fitosanitarios en laboratorio y en invernadero para determinar su eficacia. Además, se efectuaron pruebas vía terrestre en los tres territorios históricos con aquellos que mostraron mejor rendimiento. Asimismo, se aplicó, vía área, óxido cuproso y bioestimulantes en Bizkaia y Araba.

Por otra parte, se efectuó un selección de genotipos o árboles resistentes a las bandas y se realizaron mapeos del suelo para conocer si una zona es adecuada para la introducción de diferentes especies forestales que permitan diversificar las masas locales, haciéndolas más resilientes y resistentes.

“No son fitosanitarios, sino sustancias naturales bioestimulantes que activan la defensa de los árboles”, explican desde Neiker