- El Instituto Vasco de la Mujer Emakunde hizo público ayer un informe en el que se analiza el impacto de la pandemia de COVID-19 desde la perspectiva de género, con el fin de ofrecer a los distintos agentes socioeconómicos “claves” las medidas que se adopten sean “lo más efectivas posibles” y “no se deje a nadie atrás”.

Bajo el título La igualdad en época de pandemia. El impacto de la COVID-19 desde la perspectiva de género, el estudio da continuidad a un trabajo iniciado por Emakunde y las instituciones vascas al comienzo de la pandemia, “dando, por un lado, respuesta a las necesidades sanitarias, tratando de garantizar el funcionamiento de los servicios de atención para los casos de violencia machista y el acceso de todas las víctimas considerando su diversidad y adoptando medidas en otros ámbitos distintos a la violencia”.

Entre otros aspectos, el informe evidencia una “refamiliarización” en el ámbito de los cuidados, lo que, “fruto de la desigual distribución de las tareas de cuidados en el ámbito del hogar preexistente, ha tenido un impacto asimétrico y ha afectado, sobre todo, a las mujeres”.

Este impacto “desigual” se ha visto reflejado también, según refleja el estudio, en el ámbito del trabajo, ya que sectores “feminizados” -como enfermeras, auxiliares, limpiadoras, empleadas en residencias o celadoras- han tenido que desarrollar su actividad “de forma más intensa de lo habitual” y enfrentar “riesgos psicosociales mayores”, a la vez que han visto aumentar la carga del trabajo no remunerado en sus hogares.

Por otro lado, advierte de que, tal y como ha señalado la Organización Internacional del Trabajo en relación al impacto de COVID-19 en el mercado del trabajo, “éste ha sido más grave entre las mujeres trabajadoras que entre los hombres, al estar relacionado con su sobrerrepresentación en algunos de los sectores económicos más afectados por la crisis, tales como la hostelería, la restauración o el comercio”.

En materia de la violencia contra las mujeres, destaca que el confinamiento ha llevado a las víctimas que convivían con los agresores a pasar “largos periodos de tiempo con posibilidades más restringidas de salir de sus hogares o de buscar ayuda”.

En palabras de la directora de Emakunde, Izaskun Landaida, “reconocer que la pandemia de la COVID-19 y sus impactos afecta de manera distinta a mujeres y hombres, es clave para asegurar una respuesta eficaz, centrada en las personas y sensible al género, con el claro objetivo de no dejar a nadie atrás”.

El estudio destaca que el impacto de la pandemia en el mercado laboral ha sido más grave para las mujeres