l alumno con mejor nota de Gipuzkoa en la selectividad de este año -con el puesto compartido en lo más alto del ranking- lo tiene claro: “Si no hubiera sido por el esfuerzo que han hecho los profesores con toda la pandemia, no habría podido sacar esta nota”. El donostiarra Antxon Garmendia quiere que su 9’8 en las pruebas de acceso a la Universidad sirvan como reflejo del buen trabajo que ha hecho el profesorado del colegio Jesuitak en “un curso raro y larguísimo”.

Para este joven de 18 años, “la confianza” que ha tenido con sus profesores y compañeros ha sido “esencial” para llegar preparado a unos exámenes que hasta no hace mucho tiempo incluso estaban en duda. “Ha ido cambiando la cosa a diario. Ha sido un curso muy raro y un año larguísimo. Hay ganas de cambiar el chip”, explica.

Garmendia salió de los exámenes con buenas sensaciones, pero jamás pensó en alcanzar una nota tan alta. “No me lo esperaba, ha sido una sorpresa”, cuenta todavía sin creérselo.

La flexibilixación que han tenido con respecto a otros años como consecuencia del COVID-19 ha podido jugar de su parte: “Podíamos elegir la opción de qué pregunta escoger en cada cuestión, por lo que ha sido más fácil que el que hicieron el año pasado o hace dos”.

Según este joven, la UPV/EHU “lo ha hecho bien”, ya que no era nada fácil programar una selectividad tras más de un trimestre encerrados en casa. Para Garmendia, esta “era la mejor opción” y evitar así que los estudiantes se encontrasen con temario que no han podido trabajar en su instituto. “No habría sido justo”, subraya.

Su 9’8 le permite elegir prácticamente cualquier carrera, aunque para la que ha seleccionado no necesitaba una cifra concreta y le valía con únicamente aprobar. El donostiarra estudiará Ingeniería de Diseño y Desarrollo de Productos en Tecnun, puesto que “me apasiona el tema”. “Creo que la combinación creativa con las matemáticas y ejercicios me va muy bien y me va a gustar mucho. Tengo ganas de empezar”, cuenta.

No obstante, antes le quedará disfrutar de un verano más que merecido tras un curso “larguísimo” que parecía no tener fin. “Ha sido muy raro llegar así a esta fecha y todavía quedan compañeros que tienen que hacer la prueba extraordinaria”, señala, en referencia a los estudiantes que se examinarán la próxima semana.

A ellos y a sus profesores vuelve a dirigir sus palabras: “He querido prepararme para los exámenes por ellos y por todo el esfuerzo que han hecho. Una vez que ya está, tocar desconectar y cambiar el chip”. Ahora, por lo tanto, toca un verano reducido por las circunstancias pero que está deseando disfrutar antes de entrar en la rutina universitaria.