- La vecina de la localidad navarra de Ansoain Leire Martínez, de 22 años, ayer no daba crédito a la situación que le tocó vivir: confinada en el camping en Zarautz. "Estamos viviendo una situación completamente surrealista. Me voy de vacaciones y me encierran".

Llegó el martes por la mañana con su pareja para desconectar durante dos días y tenían previsto irse hoy, aunque el coronavirus desvencijó sus planes, como lo ha hecho con casi todo en los últimos meses. "Decidimos pasar la mañana tranquilos, comer pronto y salir a pasar la tarde fuera", relató esta joven desde su parcela del camping Talai Mendi.

Alrededor de las 17.00 horas, cuando se disponían a salir, llegó un trabajador del camping para informarles de que una llamada de la Policía alertaba de un positivo la semana pasada. Leire y su pareja se mantuvieron tranquilos y se resignaron a obedecer las indicaciones de los empleados del alojamiento.

La premisa era clara: PCR obligatorio a todos los clientes, cerca de 250. "Nos han dicho que no podemos salir, al menos, hasta las 9.00 horas de mañana (por hoy) y tendremos que firmar un papel después en el que nos comprometemos a respetar el aislamiento", subrayó.

El ambiente en el camping rozaba la normalidad, comentó Leire, aunque criticó la falta de información que sufrieron los clientes: "Lo poco que sabemos es por lo que hemos visto en Internet. Sabemos más a través de nuestros móviles que por la información que nos han dado aquí".

El tránsito por el recinto no estaba prohibido, aunque se solicitó a los usuarios que se moviesen lo menos posible. "He ido al baño y he visto a gente sin mascarilla", comentó. Mientras pasaban las horas, unos combatían el aburrimiento jugando a cartas o volando cometas y otros, tomando algo en sus mesas. Cualquier opción era buena para afrontar la situación con todo el optimismo posible: "Al menos hace buen tiempo", se conformaba Leire.