El acceso a la vivienda y su precio es una de las grandes preocupaciones de los donostiarras. ¿Cuántas viviendas hacen falta para solucionar el problema en Donostia? 

40 años de políticas PNV-PSOE nos han llevado a una situación catastrófica y es momento de probar cosas nuevas que sabemos que funcionan en otros lugares, como es la regulación del precio del alquiler y los incentivos para sacar viviendas al parque. 

Si llega a la Alcaldía, ¿dónde construirá sus primeras viviendas? 

Hay lugares con potencial como son Zardoya, pero en cantidades bien medidas; se puede aprovechar la oportunidad de la playa de vías de la estación de Easo; se puede revisar el proyecto de Auditz Akular, aunque quizá no a la escala en la que se planteó en un principio. Y exploraría sobre todo opciones que no se han usado como el derecho de tanteo del Ayuntamiento para hacerse con edificaciones que ya existen y convertirlas en activos públicos. 

¿Es partidario de implantar medidas para limitar el precio del alquiler? 

Sí. Declarar la ciudad tensionada y aplicar la ley en toda su extensión. La vivienda es un derecho protegido por la ley y no creo que debería ser un elemento de lucha electoral sino un elemento de pacto de Estado. Por eso he propuesto un pacto de la vivienda con el único objetivo de aplicar las leyes que tengamos en toda su extensión para proteger ese derecho. Eneko Goia firmó en 2021 un acuerdo con Elkarrekin Donostia comprometiéndose a regular el precio del alquiler cuando hubiera una legislación que lo permitiera. Tiene una oportunidad de cumplir su palabra. 

Dígame su propuesta estrella dirigida a atraer el voto joven. 

Aumentar significativamente el parque de vivienda de alquiler público. 

¿Cree que Donostia es una ciudad segura? 

Es segura, pero ha visto episodios que nos preocupan a todos y tenemos que plantearnos una manera integral de atajar este problema. 

¿Hace falta más policía?

Si ampliar los agentes es parte de una solución integral que ataje los problemas sociales relacionados con la criminalidad, no digo que no. Pero que no sea esa la única porque, ante los problemas complejos, necesitamos soluciones complejas. 

¿Es el volumen de turismo actual asumible por la ciudad?

Claramente no. Ámsterdam hace dos años canceló todas las licencias de hoteles cuando el número de habitaciones por cada cien habitantes era menor del que tenemos hoy. Dos tercios de los donostiarras se sienten expulsados de sus espacios y más de la mitad cree que se ha tocado techo.

“Regular los alquileres hace la vivienda más accesible y desincentiva a los que vienen a especular”

¿Por qué los donostiarras pagamos una tasa en muchos de los destinos a los que viajamos pero no la cobramos?

Por un fenómeno que se da en otros aspectos de la gobernanza de Donostia que es que, por lo visto, el hecho de que tengamos a la misma coalición gobernando en el Ayuntamiento, la Diputación y el Gobierno Vasco no significa nada. Porque el PNV de Donostia pide la tasa, pero no tiene capacidad, y el PSE tampoco, de influenciar a sus propios partidos en beneficio de nuestra ciudad. Capacidad de influencia o el interés de que realmente cambien las cosas.

¿Va a prolongar la prohibición de abrir nuevos hoteles en determinadas zonas?

Sí. Estamos en un momento en el que lo haría permanente. 

Muchos donostiarras dicen sentirse desplazados de la Parte Vieja. ¿Está de acuerdo?

Me pasa lo mismo. Creo que hay medidas muy claras que se pueden aplicar como regular cuántas personas pueden ir en grupos guiados, cuántos grupos guiados puede haber a la vez, se puede hacer una discriminación positiva del comercio local tradicional, premiando su antigüedad... Se pueden tomar medidas que harían que la Parte Vieja volviera a lo que era. 

Qué opina de la convivencia peatón-terrazas de hostelería. ¿Ocupan demasiado espacio, demasiado poco o el adecuado?

Todo con equilibrio. Bien llevadas, ayudan a tejer tejido social y son parte de nuestra cultura. Yo soy muy partidario de seguir percepciones ciudadanas y ya nos está diciendo que quizá, la influencia hostelera, en ocasiones, no va de la mano del interés público. 

¿Cuál es la salud del ocio nocturno donostiarra?

Creo que le falta diversidad a la oferta. Creo que se pueden abrir puertas más allá de bares a los que ir a beber y bailar. Hay oportunidad de adaptar modelos que funcionan en otras ciudades. 

¿Qué opina del servicio de taxis de la ciudad?

Hay un problema serio.  

¿Dará más licencias?

Se pueden estudiar muchas vías como unirnos a la flota de taxis de Donostialdea y estudiar si hace falta más licencias y cómo hacerlas de forma que no sea injusto con lo que ya la han pagado. 

¿Hay que cerrar el centro al tráfico?

Creo que vamos tarde aplicando una zona de bajas emisiones. Creo en una ciudad para peatones, bicis y transporte público. Tenemos que pasar de parkings rotatorios a permanentes, a más peatonalización y más zonas de aparcamiento de residentes y plantear aparcamientos en circunvalaciones como Ibeta, Miramon o Illunbe... Pero que no se convierta en una ciudad de bajas emisiones elitista para turistas con coches eléctricos, sino que sea para mejorar la vida del residente. 

Dos proyectos han causado cierto malestar en distintos sectores de la ciudad. Uno es el del cerro de San Bartolomé. ¿Cómo valora el recurso presentado?

Tiene visos de prosperar porque tiene muchos problemas desde el punto de vista legal y urbanístico, pero además desde el punto de vista ciudadano no veo una razón lógica para apoyar este proyecto. 

Otro es la construcción de la nueva sede del Basque Culinary Center en Gros. ¿Le parecen razonables las quejas de los vecinos?

No discuto que Donostia tenga otro BCC, creo que es una oportunidad maravillosa, como proyecto regenerador que es, de llevarlo a zonas que lo necesitan, como la antigua zona industrial de Herrera. Goia dice que quiere que nos parezcamos a Europa; que intente vender en Europa cómo se ha gestionado este proyecto. Es inaceptable.

¿Necesita Donostia un pabellón multiusos y dónde?

Parece que sí porque hemos salido del circuito de grandes eventos en el que hemos estado siempre. Diría que sí, pero me gustaría que fuera producto de la participación. Y ¿dónde? En función de las otras necesidades de la ciudad, habría que encontrar el lugar idóneo. 

¿Cómo va a mejorar la ciudad deportiva de Anoeta?

Cuatro millones dio la Diputación al Ayuntamiento para hacer esas obras. Tendrán que explicar qué han hecho. 

¿Es partidario de vender Anoeta a la Real?

Me sorprende la facilidad con la que este Ayuntamiento se desprende de patrimonio público. Hay que hablar con todas las partes implicadas. ¿Le han preguntado a la Real si le interesa? Si no lo quiere, ¿lo van a vender a Blackstone o Azora? 

¿Qué hay que hacer en la playa de vías de Easo?

Es una oportunidad para revertir la falta de participación ciudadana. Está claro que hace falta vivienda, pero no creo que haya que llenar todo de bloques al estilo Le Corbusier, soviético, sino de manera equilibrada y sobre todo no olvidándonos de que a Donostia le faltan muchas zonas verdes y los vecinos de Amara Viejo necesitan polideportivo, centro cívico de cultura y equipamientos.

“Creo en una ciudad para peatones, bicis y transporte público; no elitista para turistas con coches eléctricos”

¿Hay que construir más bidegorris? ¿Dónde?

En todas partes. Mi estándar es que allá dónde puedas llegar andando o en coche puedas llegar en bici. 

Cada vez se habla más de la participación ciudadana en la gestión política. ¿Qué temas concretos le gustaría someter a consulta de los donostiarras?

Como mínimo en todos los proyectos de gran impacto. El cerro de San Bartolomé, el Basque Culinary Center...

¿Cómo va a potenciar Miramón para impulsar la ciudad de la ciencia?

La apuesta es acertada pero tenemos que preguntarnos qué modelo estamos creando si uno que es dependiente del modelo ajeno o uno que promueve el talento local. Me preocupa que no dependa tanto del talento de fuera porque eso lo hace poco sostenible. 

¿Le gustó Hondalea?

Sí. Me gustó porque tiene una apariencia natural pero me preocupa que se convierta en un entorno de atracción de demasiada gente para un entorno frágil como la isla. 

¿Es Donostia una ciudad cara para vivir?

El problema es que siempre ha sido cara, pero vivimos en un tiempo de resignación institucional de que sea así. Hay maneras de atajarlo, porque con la llegada de fondos de inversión cambiamos de liga y se va a encarecer todo a unos niveles que no estamos acostumbrados. No veo innovación en la gobernanza y evitar que el precio de la vida se le vaya de las manos al ciudadano medio. 

Dígame tres medidas que el Ayuntamiento debe tomar para ayudar a los donostiarras en la carestía de la vida.

No es fácil. El precio de la vivienda, que está relacionado con el precio del suelo, es el hilo conductor del aumento del precio de muchas cosas. Regular el precio de los alquileres hace la vivienda más accesible y actúa de desincentivo a los que vienen a especular, porque a los fondos de inversión no les salen los números. Es muy importante la aplicación de la nueva ley de derecho a la vivienda. 

¿Cuál es su proyecto estrella para los próximos cuatro años?

Para mí lo más importante sería aumentar radicalmente la transparencia y la participación como institución, porque creo que es el primer paso para que el resto de cosas salgan bien. Y eso quiere decir que los vecinos sean dueños de lo que ocurra en su ciudad. 

¿Le ha sorprendido de que su excompañera de partido Nagua Alba pida el voto para Juan Karlos Izagirre?

Me da la sensación de que no está siguiendo mucho la campaña porque las razones a las que alude, que son prácticamente la vivienda, creo que he sido mucho más ambicioso que él a la hora de proponer el pacto de vivienda.