- El Senado aprobó ayer la nueva reforma educativa, la conocida como Ley Celaá, con 142 votos a favor, 112 en contra y 9 abstenciones y sin realizar ninguna modificación en su tramitación en la Cámara alta, por lo que el texto no debe regresar al Congreso de los Diputados y se publicará directamente en el Boletín Oficial del Estado.

Los tres vetos, equivalentes a enmiendas de totalidad, vinieron del PP, C’s y UPN. Tampoco fueron aceptadas ninguna de las 647 enmiendas parciales. La octava ley de educación de la democracia contó ayer con la mayoría socialista, reforzada con el voto de las fuerzas que sacaron adelante la ley en el Congreso, como ERC y PNV.

Tras la aprobación, la ministra de Educación Isabel Celaá, que dijo estar “muy emocionada”, señaló que si la Lomce -la ley propugnada por el ministro Wert- era “una carrera de obstáculos y un muro”, la nueva ley permite “avanzar” a todos.

El Grupo Parlamentario Vasco justificó su apoyo a la aprobación de la Ley Celaá al considerar que supone un avance en el reconocimiento de las competencias y del euskera como lengua propia. La senadora jeltzale Rosa Peral enumeró, entre esos avances, la posibilidad de que la comunidad autónoma vasca pueda definir el 50% del currículum, un porcentaje que “no se había logrado nunca”.

Asimismo, afirmó que la capacidad para que Euskadi pueda tener su propio sistema de becas evitará la judicialización que ha sufrido tras haber funcionado durante 30 años sin ningún problema con fondos propios. “Es fundamental un sistema propio que elimine el desequilibrio o la desigualdad en el acceso a la educación para poder avanzar en la cohesión social”, señaló.

El PP rechaza la ley y ha lanzado una campaña de protestas por eliminar la mención al castellano como lengua vehicular. También cree que deja a los pies de los caballos a la escuela concertada. Va a recurrir la ley al Tribunal Constitucional. Además, buscará vías para no aplicarlas en sus comunidades.