- El Gobierno del Reino Unido admitió ayer que el desabastecimiento en las gasolineras causado por la falta de transportistas y un incremento excepcional de la demanda “podría durar otra semana o algo así”, si bien insiste en que la situación “se está estabilizando”. En declaraciones a la BBC, el secretario de Estado Kit Malthouse reconoció que “aún hay una fuerte demanda de combustible en algunas partes del país, aunque no hay un problema de suministro” en las terminales petroleras, sino que el motivo de la crisis es un problema de distribución.

El Ejecutivo del primer ministro, Boris Johnson, espera que la situación se estabilice “a medida que se equilibren la oferta y la demanda”, después de días en que los conductores hacen largas filas en las estaciones de servicio ante el temor a quedarse sin combustible -lo que ha exacerbado la carestía-. “Si las cosas se deteriorasen más, obviamente el primer ministro y el ministro de Energía, de quien esto depende, tendrán que revisar la situación”, afirmó Malthouse.

El Gobierno ha señalado que 150 conductores del Ejército ayudarán en las labores de distribución, al tiempo que también se han movilizado camiones cisterna propiedad del Estado. Para paliar la falta de transportistas, común en toda Europa pero empeorada en el Reino Unido por el brexit, el Ejecutivo conservador emitirá 5.000 visados temporales para trabajadores extranjeros, frente a un déficit de 100.000 profesionales.

Además, en una medida criticada por los sindicatos, el Gobierno ha prorrogado hasta el 31 de octubre la norma introducida en julio que permite a los camioneros alargar sus horas de conducción y modificar sus pautas de descanso.

La escasez de transportistas, y en general de trabajadores cualificados, afecta también a otros sectores de la economía, que temen que no recibirán suministros necesarios de cara a la Navidad o, en el caso de la hostelería, que no contarán con personal suficiente para mantener abiertos los negocios.

El desabastecimiento en las gasolineras no es el único problema al que se enfrenta el Gobierno del Reino Unido, que se plantea conceder unos 1.000 visados de emergencia a carniceros extranjeros para paliar una escasez de profesionales en el país que amenaza con dificultar la oferta de pavos, jamones y otros productos típicos en el periodo navideño, informaba ayer The Times.

El periódico señalaba que, aunque parte del Ejecutivo quiere satisfacer las demandas del sector cárnico, se opone a la medida la ministra del Interior, Priti Patel, que, según The Times, teme que sea una táctica a más largo plazo para reintroducir la libertad de movimiento de trabajadores de la que el Reino Unido se desligó al salir de la Unión Europea (UE).

En declaraciones al diario, la Asociación británica de procesadores de carne (BMPA, en inglés) dice que existe un déficit de 15.000 carniceros para trabajar sobre todo en procesadoras, lo que hace que los profesionales en activo solo puedan dedicarse a abastecer a los supermercados con cortes básicos de carne y no puedan centrarse en productos navideños más laboriosos.

Un ejemplo de la repercusión de este problema fue el hecho de que un granjero del condado de Yorkshire sacrificó ayer cientos de crías de cerdo al no poder llevar a los ejemplares maduros a los mataderos locales debido a la falta de personal en esas instalaciones, señalaba la BBC.

Por la escasez de carniceros y otros profesionales cualificados en el Reino Unido, debido a la pandemia y al brexit, los mataderos no pueden hacer frente a la demanda, lo que hace que los granjeros tengan más animales de los que pueden gestionar, y algunos están empezando a matar a crías, más baratas y fáciles de sacrificar.