El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha exigido este lunes el cese de la violencia en Afganistán, así como la creación de un nuevo gobierno "inclusivo" y "representativo", después de la meteórica reconquista de los talibán, quienes, por el contrario, ya dejaron claro a su llegada este domingo a Kabul su intención de hacerse con el "traspaso completo de poderes".

"El Consejo de Seguridad pide el cese inmediato de todas las hostilidades y el establecimiento, mediante negociaciones inclusivas, de un nuevo gobierno unido, inclusivo y representativo, incluso con la participación plena, igualitaria y significativa de las mujeres", ha señalado Naciones Unidas en un comunicado.

El texto recoge las mismas demandas que en las últimas horas otros organismos e instituciones y gobiernos internacionales, así como el propio secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, han venido exigiendo, respeto de los Derechos Humanos, fin de la violencia y el cumplimiento de las obligaciones de Afganistán.

Así, el Consejo de Seguridad han insistido en el diálogo como único mecanismo posible para resolver el conflicto y ha apelado a un "proceso de reconciliación nacional liderado por los afganos", subrayando "que solo se puede lograr un fin sostenible del conflicto en Afganistán mediante un arreglo político inclusivo, justo, duradero y realista que defienda los Derechos Humanos".

El Consejo de Naciones Unidas ha puesto especial énfasis en la situación de mujeres y niñas con la llegada de los talibán, pues es previsible que los pequeños logros alcanzados hasta la fecha sean borrados nuevamente con la llegada de los integristas religiosos, por ello han pedido a todas las partes que se adhieran a los estándares internacionales sobre Derechos Humanos".

A su vez, los miembros del Consejo de Seguridad han mostrado su "profunda preocupación por el número de violaciones graves" que se han cometido en las comunidades afectadas por el paso de los talibán hasta su llegada a Kabul, quienes ya en la capital han ofrecido teóricas garantías a aquellas personas que podrían ser teóricos objetivos, debido a su colaboración con las fuerzas extranjeras.

"Todas las partes deben respetar sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario en todas las circunstancias, incluidas las relacionadas con la protección de los civiles", además de permitir sin obstáculos el trabajo de Naciones Unidas, así como del resto de organizaciones de ayuda a la población.

Por último, han reafirmado "la importancia de combatir el terrorismo en el Afganistán" para garantizar que sea un territorio libre de esta lacra y no sea utilizado "para amenazar o atacar a ningún país".

"Ni los talibán ni ningún otro grupo o individuo afgano deben apoyar a los terroristas que operan en el territorio", ha enfatizado el Consejo de Seguridad, quienes también reiteraron su apoyo al trabajo que realiza sobre el terreno la Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA).