- La policía haitiana abatió ayer a cuatro de los miembros del comando que presuntamente asesinaron al presidente del país, Jovenel Moise, y también detuvo a otros seis supuestos participantes en el magnicidio. Las detenciones fueron anunciadas de madrugada por la Policía y se llevaron a cabo en un operativo cerca de la residencia de Moise, que también permitió poner en libertad a tres policías que habían sido secuestrados. El presidente de Haití fue asesinado durante la incursión del citado comando en su residencia privada en Puerto Príncipe, un magnicidio que ha desestabilizado la frágil situación de Haití.

El primer ministro interino, Claude Joseph, asumió el poder tras la muerte de Moise, declaró el estado de sitio durante quince días y garantizó que la situación del país está “bajo control”, para lo que ordenó desplegar a la Policía y a las Fuerzas Armadas, que lograron interceptar a varios de los asaltantes.

El asesinato se produjo a poco más de dos meses de la fecha prevista de las elecciones presidenciales y legislativas, el 26 de septiembre, en momentos en los que el Parlamento lleva año y medio clausurado y la cúpula del Poder Judicial tampoco está plenamente operativa.

El asalto se produjo de madrugada, en Pelerin, un exclusivo sector de mansiones situado en un cerro en la parte más elevada de Puerto Príncipe y que siempre suele estar fuertemente custodiado por las fuerzas de seguridad de la Presidencia. Un grupo indeterminado de hombres armados con fusiles, que hablaban en inglés y español, según la versión de las autoridades, accedió a la residencia oficial, asesinó a Moise a tiros e hirió gravemente a su mujer, Martine, que fue trasladada en avión-ambulancia a Miami.

Los numerosos casquillos esparcidos en el asfalto frente a la residencia y los impactos de bala en las paredes y en los vehículos aparcados en el lugar son muestras visibles de la violencia del asalto, del que apenas se conocen datos. Las autoridades no han informado del número de víctimas mortales en el asalto ni han ofrecido más informaciones sobre los asesinos, cuyas identidades y paradero son desconocidos.

El Gobierno haitiano cerró inmediatamente el aeropuerto de Puerto Príncipe y declaró un duelo nacional y el estado de sitio, ambos por un plazo de quince días. Bajo el paraguas del estado de sitio, se movilizó a toda la Policía y el Ejército y se anunció que se prohibirá cualquier reunión que pueda “alentar el desorden” en el país, según figura en el primer decreto firmado por el primer ministro interino Joseph, que pasó en menos de 48 horas de estar a punto de ser relevado del cargo a concentrar en sus manos todo el poder en Haití.

Además, Haití ha pedido apoyo internacional para investigar el asesinato del presidente Moise, y también en materia de seguridad, según aseguró ayer la enviada de la ONU al país, Helen La Lime. La diplomática se expresó así en declaraciones a los periodistas tras una reunión a puerta cerrada del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas convocada de urgencia para abordar la crisis en la nación caribeña. Según La Lime, el representante haitiano dijo que el Gobierno había pedido “asistencia” internacional con la investigación del magnicidio y que se abordó además una solicitud de apoyo en de seguridad, aunque por ahora no habrían precisado concretamente el tipo de ayuda que buscan.

Saña. Moise recibió doce impactos de bala durante el ataque que acabó con su vida, según afirmó el juez de paz encargado del informe forense. El juez Carl Henry Destin dijo al diario Le Nouvelliste que el cadáver de Moise tenía doce orificios realizados con armas de gran calibre y también de nueve milímetros. “Lo encontramos acostado boca arriba, pantalón azul, camisa blanca manchada de sangre, boca abierta, ojo izquierdo perforado. Vimos un agujero de bala en la frente, uno en cada pezón, tres en la cadera, uno en el abdomen”, relató. Aparte de Moise, la única persona que resultó herida fue su mujer Martine, que está hospitalizada en Miami.