El primer ministro iraquí, Mustafa al Kazemi, se comprometió ayer a cumplir con las demandas de los manifestantes en el primer aniversario de las movilizaciones en Irak, que se saldaron con más de 600 muertos y provocaron la dimisión del anterior Gobierno de Adel Abdelmahdi. Miles de iraquíes se lanzaron a las calles el 1 de octubre del año pasado para exigir que el Gobierno asegurara el fin de la corrupción endémica en Irak y el funcionamiento de servicios básicos en un país devastado por décadas de guerra.