donostia - El Donostia International Physics Center (DIPC) y el Barcelona Supercomputing Center (BSC) firmaron ayer un convenio de colaboración para intercambiar conocimientos y recursos humanos en materia de computación cuántica.
El acuerdo fue rubricado en el centro de investigación física donostiarra por el presidente de esta institución, Pedro Miguel Etxenike, y el director del BSC, Mateo Valero, en un acto al que asistió el viceconsejero de Universidades e Investigación, Adolfo Morais.
Según informó el DIPC en un comunicado, mediante el acuerdo, el centro ganará la posibilidad de acceder al “superordenador” MareNostrum, emblema del BSC, así como al primer procesador cuántico del sur de Europa en cuya construcción trabaja la instalación barcelonesa.
Asimismo abre la posibilidad de crear un intercambio de estudiantes para que se puedan organizar congresos relacionados con la materia, así como para fomentar la reciprocidad en la información sobre buenas prácticas en el uso de la computación de alto rendimiento.
El centro donostiarra recordó que el Departamento de Educación del Gobierno Vasco financió la ampliación de su supercomputador Atlas, que consiguió triplicar su potencia hasta convertirse en uno de los cinco más potentes de España, una iniciativa que ha permitido alcanzar el acuerdo firmado ayer.
La computación cuántica sustituye el cálculo tradicional mediante unidad binaria (cero o uno) por otro en el que ambos estados pueden superponerse, lo que permite realizar cálculos que son imposibles para un ordenador convencional.
La computación actual -basada en bits- opera la información solo en dos estados: cero o uno (encendido o apagado). En cambio, la tecnología cuántica trabaja también con la superposición de ambos mediante el uso de bits cuánticos, también llamados qubits. La consecuencia principal es que algunos de los problemas intratables para un ordenador convencional, resultan ser viables para un ordenador cuántico. - Efe/ N.G.