donostia - Gipuzkoa celebró ayer el centenario de su patrona, la Virgen de Arantzazu, con un acto religioso que tuvo lugar en el santuario oñatiarra del mismo nombre y al que acudió una nutrida representación política del territorio, encabezada por el diputado general, Markel Olano.

Olano acudió a Oñati acompañado por varios de sus diputados, como Jabier Larrañaga (Hacienda), Maite Peña (Políticas Sociales) y Aintzane Oiarbide (Infraestructuras Viarias). Además, en el santuario se dieron cita también la presidenta de las Juntas Generales, Eider Mendoza, la presidenta del Parlamento vasco, Bakartxo Tejeria, y la consejera de Desarrollo Económico, Aran-tza Tapia, entre otros. Todos ellos fueron recibidos por el alcalde de Oñati, Mikel Biain.

“Arantzazu es algo cosido en los corazones de los guipuzcoanos y de los vascos. Ha dejado una huella afectiva en un lugar especial. Y además, Arantzazu sigue siendo un referente importante para los guipuzcoanos todavía a día de hoy, ya que encarna valores como la solidaridad, el diálogo, el ecumenismo, el medioambiente, el arte, el idioma, la música, la literatura, la ética, la paz, el humanismo, la convivencia, el sentido de la vida, la espiritualidad.... En este momento en el que estamos perdiendo las referencias y los valores compartidos, en este mundo tan cambiante, la virgen de Arantzazu es un referente”, señaló Olano, que no dudó en agradecer a los “guardianes del santuario”, los franciscanos, el trabajo realizado año tras año. “Hoy toca dar las gracias en nombre de toda la sociedad guipuzcoana y de cada uno de los municipios del territorio. Y gracias sobre todo a los franciscanos que han vivido aquí en los últimos cien años. Lo que ofrecéis tanto en Arantzazu como en el resto del territorio ha sido realmente beneficioso para todos, primero porque habéis mantenido un santuario tan especial y valioso, y por otro, por todas vuestras aportaciones a través de la cultura, la ética y el humanismo”, indicó, al tiempo que añadió: “Y merece un reconocimiento especial el trabajo silencioso realizado en favor de la paz y la convivencia, muchas veces en momentos muy difíciles y duros”.

La jornada culminó con una misa en el mismo santuario, oficiada por el obispo de Donostia, José Ignacio Munilla, quien mostró su confianza en que la Iglesia salga “renovada y autentificada” tras el sínodo que se celebrará el Roma del 3 al 28 de octubre. - N.G.