Disfrutar de las vacaciones como un local. Esa es la premisa bajo la que gran cantidad de webs seducen a millones de personas mundialmente para que se alojen en viviendas de particulares en cualquier ciudad del mundo.
Disfrutar de Londres desde el exclusivo barrio de Chelsea o de París desde la bohemia Montmartre es un experiencia inolvidable. También inolvidable, pero no igual de agradable, sería pasar unas vacaciones en la azotada Alepo o Raqqa, capital del Estado Islámico.
Eso es lo que presenta ShameHome, una iniciativa vasca que busca concienciar a la población occidental sobre las duras condiciones de vida que soportan los ciudadanos de las distintas ciudades sirias.
Si la web (shamehome.com) busca presentarnos la destrucción de estas ciudades como si de una web de alquileres vacacionales se tratase, la idea surgió precisamente de camino a uno de estos pisos que ofrecen “vivir con un local”. “En ese tiempo muerto que tienes en el aeropuerto cuando vas a coger un avión me puse en la piel de una familia siria”, cuenta Jon Martija, periodista de la emisora Onda Vasca que dio la idea a Dimensión, la agencia de publicidad que la desarrolló.
Cuando alguien opta por unas vacaciones de este tipo se produce “un intercambio de vidas”. Como explica el periodista, “duermes en la cama de esa familia, utilizas sus utensilios de cocina, si tienen una mascota la cuidas, haces la compra en el supermercado de la esquina, te recomiendan qué ver fuera del circuito turístico...”.
Este es precisamente el atractivo de los alquileres vacacionales y fue pensando en ello cuando Martija ideó esta web que permite empatizar y vivir la realidad siria con el fin de hacer ver las durísimas condiciones de vida que ha dejado en su población esa guerra civil que se ha extendido por más de cinco años.
Una semana después de que Martija lanzase la idea a Guille Viglione, responsable de Dimensión, la página web estaba ya en marcha. En ello se empleó a fondo Rezink, la parte dedicada a la responsabilidad social de Dimensión, y que se encargó del desarrollo de este proyecto. La propuesta de Martija parece la continuación de una senda en favor de la población siria que empezaron en Rezink hace un año. En ese momento crearon WelHome, una iniciativa que abogaba por redirigir desde el botón de inicio de cualquier web a la página de donación de Acnur, la Comisión de la ONU para la ayuda a los refugiados.
época perfecta El proyecto se materializó de manera vertiginosa para que se pudiera presentar en pleno verano, “la época perfecta para lanzarlo”, como señala Isusko Artabe, director creativo ejecutivo de Dimensión. Transcurrida la época estival, la web ha conseguido buenos resultados, ya que casi dos centenares de personas han “compartido su casa” simbólicamente. Además de mostrar el apoyo a la causa “compartiendo tu casa” mediante Facebook, la web redirige a la página de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (Cear), donde se puede realizar un donativo.
Sin embargo, la propuesta no se quedó ahí y desde Dimensión idearon crear una agencia física que siguiera la línea de la on line. No obstante se complicó, como cuentan desde la agencia de publicidad, “porque necesitas un espacio físico y entran en juego alquileres”. Rezink, el departamento social de Dimensión, prefiere “acciones rápidas de hacer e ideas sencillas”, cuenta Artabe. De hecho, el anterior proyecto, WelHome, se ideó una mañana y a la tarde ya estaba lanzado. Tampoco se quieren centrar únicamente en la crisis de los refugiados sirios, porque “pese a ser el sirio el más mediático, hay muchos más conflictos”, recalca Jon Martija, el ideólogo de ShameHome.
ShameHome fue el título elegido por la agencia para el proyecto. Un juego de palabras que intenta transmitir la idea de que cualquiera de nosotros se puede ver en esa situación y la vergüenza que debería darnos permitir tales hechos. El título surge de la unión de Shame (vergüenza) y Home (hogar), aunque mantiene una sonoridad prácticamente idéntica con same home (mismo hogar).
No obstante, desde la agencia son conscientes de que “cada uno de nosotros no tenemos mucha culpa”, aunque como ellos recalcan, “todos nos alarmamos mucho cuando sale algo, pero al cabo de unos días nos olvidamos”. Tras la imagen de Aylan, que nos hizo ser conscientes de la magnitud del drama, la última ha sido el vídeo de Omran, el niño que estaba en completo estado de shock en una ambulancia después de que el régimen de Asad bombardeara el barrio de Qaterji, en la asediada Alepo.
RESPONSABILIDAD SOCIAL Por ello precisamente, por lo olvidadiza y frenética que es la sociedad actual, desde Dimensión opinan que crear un departamento dedicado a la responsabilidad social, en su caso Rezink, es “fundamental”.
Su ámbito, la publicidad, da la sensación al usuario de que “le molesta más de lo que le aporta” en muchas ocasiones. Para ellos, involucrarse en temas sociales e intentar trabajar por la sociedad es “dar a la sociedad lo que estás ganando por otro lado”.
Esta misma opinión la comparte Jon Martija, periodista y padre de ShameHome, que cree que de estos temas “mientras se hable algo podemos avanzar”. Él, que vive los medios de comunicación desde dentro, no cree que estos “tengan más culpa que la propia sociedad”. Como señala, se intenta concienciar a la población, pero “vemos tanta destrucción, tanta miseria que parece que el mundo está peor que nunca”. Y es que tal vez sea esa continua exposición a las desgracias lo que nos ha hecho impermeables a ellas.