Bilbao - Nada sabían de ella desde el sábado. Almudena Matarranz no volvió a casa ni se comunicó con su madre, y esto alertó a sus allegados, que comenzaron a sospechar que algo malo había pasado. Tenían razón. La joven bilbaina, de 39 años de edad, fue hallada muerta la madrugada de ayer en el domicilio de su pareja, Jorge V., de 38 años, quien fue detenido horas después en Leioa. Supuestamente, habría muerto asfixiada con una bolsa de plástico.

Jorge V. fue desde el primer momento el principal sospechoso, tras confirmarse que la de Almudena había sido una muerte violenta. La Ertzaintza estuvo buscándolo durante todo el día, intentando localizar su coche, e incluso se registró una segunda vivienda que el sospechoso tiene en Laredo, pero los resultados eran infructuosos. Finalmente, la búsqueda concluyó alrededor de las 19.30 horas. Fue entonces cuando la Ertzaintza logró localizarlo a pocos kilómetros de su vivienda, en Leioa. Concretamente, se encontraba en el interior de su coche, junto a un restaurante en el parque de Akarlanda, en el monte Umbe, donde fue arrestado sin que pusiera resistencia como supuesto autor de la muerte de la bilbaina.

El supuesto agresor y la víctima llevaban varios años de relación y los vecinos los catalogaban como “una pareja normal que no discutía nunca”. Sin embargo, no pasaban por su mejor momento. De hecho, según una declaración ofrecida por un testigo a la Ertzaintza y que ha recogido este diario, Almudena y Jorge llevaban varias semanas con fuertes discusiones. Tanto es así que, según el mismo testigo, la mujer ya no se encontraba bien con su novio, que sufre de esquizofrenia, y “había confesado sentir miedo por su vida”.

registro de la casa familiar De ahí que los primeros pasos de la investigación comenzaran en la propia vivienda de Jorge, quien reside con su madre, Marisol. Para ello, la Ertzaintza trasladó al domicilio de Erandio a la madre del sospechoso para colaborar en el esclarecimiento de los hechos. En el momento del crimen, Marisol se encontraba fuera de casa y fue la Ertzaintza quien le informó de lo ocurrido, por lo que la mujer no pudo acceder a su vivienda mientras los agentes de la Unidad de la Policía Científica recababan datos y pistas para la investigación.

Finalizadas ya estas labores, varios agentes trasladaron a la madre del sospechoso a la casa para que colaborase en la investigación. Marisol acudió a este registro con la cabeza cubierta con un abrigo, aunque no se encuentra detenida ni imputada, según fuentes policiales.

concentración Tras lo ocurrido, desde Emakunde (Instituto Vasco de la Mujer) también mostraron su “más rotunda condena por la muerte por violencia de género” de Almudena y se sumó a la concentración institucional de repulsa convocada para hoy a las 13.00 horas por el Ayuntamiento de Bilbao, así como a las demás muestras de repulsa que se organicen.

“La violencia ejercida contra las mujeres es el símbolo más brutal de la desigualdad entre mujeres y hombres en nuestra sociedad y hay que trabajar por la igualdad, que es el camino más eficaz para prevenir este tipo de violencia que se ejerce contra las mujeres por el hecho de serlo”, reiteraron desde Emakunde. Por todo ello, “animamos a toda la ciudadanía a que muestre su rechazo ante este tipo de violencia que se convierte en una herramienta de intimidación dirigida hacia las mujeres para que no desafíen ni transformen las normas de género vigentes y recuerda la responsabilidad de toda la sociedad en la lucha contra la violencia hacia las mujeres”.

Con la muerte de Almudena, ya son tres las mujeres víctimas de la violencia machista en Euskadi en 2015.

Además, ayer mismo en Murcia una mujer de 23 años y procedente de Malí fue asesinada presuntamente por su pareja, de la misma nacionalidad, que también fue detenida.

Por otra parte, un octogenario hirió de gravedad con un arma blanca a su exmujer, de 75 años, y a un guardia civil jubilado, en una calle la localidad zamorana de Morales del Vino.

teléfonosServicio de atención a víctimas En la CAV: 900 840 111.

En el Estado: 016.

Emergencias. 112.