“Traer a Angelina Jolie y Jennifer Lawrence el mismo año ha estado un poco por encima de nuestras posibilidades”
El director del Zinemaldia, José Luis Rebordinos, hace balance de la 73ª edición, que ha destacado por el cine vasco, la visita de grandes actrices y el apoyo a Palestina.
La 73ª edición del Zinemaldia concluyó el sábado con la entrega de la Concha de Oro a la cineasta vizcaina Alauda Ruiz de Azúa y la Concha de Plata a la mejor interpretación a Jose Ramon Soroiz. José Luis Rebordinos, contento por el transcurso del Festival, pero también cansado, hace balance de un Festival con mucho glamour y con una buena cosecha de cine vasco y estatal.
¿Cómo ha ido la 73ª edición, su penúltima como director?
Todo el equipo ha acabado muy contento, pero muy cansado. El Zinemaldiasigue creciendo poquito a poco y ya es muy grande. Son nueve días de mucha tensión, con muchos frentes abiertos: estrellas de Hollywood, películas, asuntos políticos, ministros y representantes institucionales…
‘Los domingos’ es la segunda Concha de Oro para una cineasta vasca en tres años y la tercera para una producción estatal. ¿Es bueno o malo para el Festival que haya ocurrido esto?
Es un poco raro que haya ocurrido esto tres años seguidos. Es bueno o malo según la repercusión que tengan las películas.Tardes de soledadde Albert Serra tuvo un recorrido muy bueno por muchos festivales artie. En el caso de Los domingos, creo que va a ser una película que tiene un recorrido internacional importante.
Alguno pensará que quizá se deba a una posible debilidad de las propuestas internacionales.
Entre las propuestas internacionales hemos tenido a Arnaud Desplechin, Claire Denis, Agnieszka Holland, Edward Berger, James Vanderbilt con la película Nuremberg que seguro que va a los Óscar... No creo que con estos nombres la parte internacional haya sido, precisamente, flojita. El palmarés es lo que le ha gustado al jurado. Lo que ocurre es que las propuestas del Estado, y las vascas en particular, han sido muy fuertes. No lo decimos nosotros, solo hay que ver qué peso y qué premios tuvo este cine en Cannes, Berlín y Venecia. El Zinemaldia no es el único que lo premia.
¿Puede ocurrir que al premiar el cine del entorno, el Zinemaldia pierda referencialidad internacional?
La pregunta es: ¿Crees que un festival que tiene en competición esos nombres y que ha contado con Jennifer Lawrence y a Angelina Jolie está flojo en el circuito internacional?
Yo creo que no.
Yo tampoco.
“Si no hubiese sido el director del Zinemaldia, habría estado al otro lado de la valla gritando ‘Free Palestine!”
‘Los domingos’, de Alauda Ruiz de Azúa, sobre una joven de 17 años que quiere hacerse monja de clausura, es una película descorazonadora y muy dura en lo que cuenta. ¿Tuvieron dudas en seleccionarla?
Vimos la película seis o siete miembros del Comité de Selección y decidimos pedirla inmediatamente. No tardamos ni cinco minutos en hacerlo. Teníamos claro que la queríamos, pero después estuvimos un montón de tiempo debatiendo sobre la película.
Tiene muchísimas capas de lectura.
Es lo que la hace especialmente interesante. Es una película muy compleja. No ahorra nada: muestra la manipulación del clero para llevarse a la niña, pero también está esa familia que es incapaz de ofrecerle lo que necesita y que sí se lo ofrece la comunidad. Como todo el cine de Alauda Ruiz de Azúa, no es una película de blancos y negros. Entre nuestros cineastas, es una de las directoras que mejor narra. Espero con mucho interés sus próximas películas.
Con tantas capas y tantos detalles, no sé si todo el mundo la va a entender bien.
Hay gente que piensa que es una película totalmente clerical, a favor de que las niñas se metan a monjas. No creo que sea así, pero es una película muy compleja. Juan Antonio Vigar, director del Festival de Málaga, me decía que él cree que es una película que no toma partido, pero que te pone todo de tal manera que favorece el debate. Es decir, que una vez que has terminado de verla, eres tú el que toma partido y no la película.
"Espero que Jose Ramon Soroiz esté en los Goya y, ojalá, gane"
La Concha de Plata a la mejor interpretación ha sido para Jose Ramon Soroiz por su valiente papel en ‘Maspalomas’.
Siempre digo lo mismo: el palmarés del jurado es el mejor posible porque es el del jurado. Dentro de mi equipo habría tantos palmareses como miembros del Comité de Selección. Todas las películas que están en el palmarés me gustan. Se ha quedado fuera alguna que a mí me gustaba más que otra, pero la Concha de Plata de Soroiz es un premio clarísimo: está tan bien... Espero que esté en los Goya y ojalá lo gane. Es un hombre que lleva tanto tiempo en esta carrera que se merecía esto. Además, le gusta tan poco lo público que creo que está sufriendo un poco, pero para bien. Me da la impresión de que está orgulloso y que tiene una gran satisfacción. Es un premio absolutamente incontestable, en Maspalomas hace un papelón increíble.
El reconocimiento a Soroiz ha sido ‘ex aequo’ con la actriz Zhao Xiaohong. Desde que se dejó de diferenciar por sexos el Premio a Mejor Interpretación en 2021, todos los galardones han sido ‘ex aequo’. En tres casos se otorgaron a un hombre y una mujer, y en dos casos, a dos mujeres o a dos hombres. ¿Esta decisión de los jurados no desvirtúa la filosofía de lo que se pretendía conseguir?
Algún crítico amigo me ha preguntado si no era el momento de volver a una situación anterior. Creo que no, porque es una puerta abierta. El jurado que quiera dar dos premios puede hacerlo. ¿Por qué vamos a cerrar esa puerta? Vivimos en una sociedad en la que todo el mundo está emperrado en decirle al resto lo que tiene que hacer, lo que está bien y lo que está mal. Cuando hay capacidad de elegir, dejémoslo así. Se ha abierto una puerta, quien quiera cruzarla, que la cruce; y quien no quiera, que no lo haga, pero que no cierre la puerta.
Llevamos varios años de palmareses repartidos. ¿Eso habla de la calidad de muchas películas o de que no suele haber una clara?
Este jurado se ha llevado genial, pero sé que no ha habido unanimidad en unos cuantos premios, entre ellos, en la Concha de Oro. Sé que la han discutido mucho porque había varias opciones. Es normal, rara vez hay unanimidad. Cada miembro viene de un contexto distinto y lo bonito es que gente que el foco lo pone en sitios diferentes pueda llegar a acuerdos.
Colin Farrell, Angelina Jolie, Jennifer Lawrence... ¿Cómo valora el nivel de glamour de este año?
Para un festival como el nuestro, será difícil de superar. Angelina Jolie y Lawrence están entre las 15 estrellas más importantes de Hollywood. Dos en un año ha sido un poquito por encima de nuestras posibilidades. Angelina Jolie ha sido un encanto y su equipo ha sido muy profesional, gente maravillosa. Tenía que venir para ocho horas y pico y tenía que hacerse todo perfecto para que pudiese llegar a Roma al día siguiente a un rodaje. Llevamos dos años muy potentes en cuanto a estrellas, pero no va a ser lo normal. Hay que ser conscientes de ello.
La distribuidora MUBI ha anunciado su aterrizaje en el Estado. Jennifer Lawrence vino de su mano. ¿Era una estrategia de darse a conocer?
MUBI quería promocionar Die my love, hablamos con ellos y nos trajeron a Jennifer Lawrence. Nosotros no podemos pagar un avión privado desde Los Ángeles, que pasa de los 200.000 euros. Para todos los viajes del Festival tenemos un presupuesto de entre 200.000 y 250.000 euros.
A diferencia de Jolie, a Lawrence se la vio mucho más distante.
Jennifer Lawrence estuvo más distante, pero fue profesional y cumplió lo acordado. Hemos tenido menos oportunidad de estar con ella porque su equipo era más complejo a la hora de trabajar los temas. Su forma de entender su participación era más distante y más fría.
En la rueda de prensa de Jennifer Lawrence no se permitió hacer preguntas sobre MUBI, que distribuye su película, y a la que se critica por estar vinculada al fondo de inversión Sequoia Capital, que participa en la industria armamentística israelí.
Me gustaría aclararlo, porque hay gente que piensa que el Festival censuró preguntas. Para nada. Si un invitado pide que la rueda de prensa se centre en preguntas de cine y de su vida profesional, nosotros lo aceptamos. No traemos a nadie para que le pregunten por ningún otro tema, desde su vida personal hasta el conflicto de Gaza. Nadie está obligado y si alguien no quiere contestar sobre el genocidio en Palestina, está en su derecho. No voy a ejercer de policía del pensamiento y, además, cada uno puede pensar lo que le dé la gana. Ahora, si un invitado nuestro públicamente defendiera a Netanyahu, yo saldría a contestarle.
¿MUBI les presionó para que no se hiciesen esas preguntas?
Alguien ha publicado eso, pero MUBI no tenía ni idea. Lo puedo asegurar. Fue el entorno de Lawrence el que nos pidió que las preguntas fuesen solo del ámbito profesional. Se hicieron varias preguntas al respecto, que no se contestaron. Pero en la tercera, Lawrence contestó oponiéndose al genocidio. No es muy lógico. Nos dejó un poco en evidencia, haciendo parecer que eran el Festival o MUBI quienes estaba censurando las preguntas, cuando fue su equipo el que nos dijo que no iba a responder y el que nos pidió, por favor, que indicásemos a los periodistas que no iba a hacerlo.
¿Cómo ha ido la venta de entradas este año?
Vamos a aumentar las ventas ligeramente y también el número de acreditados. El año que viene, quizá, nos mantengamos, pero tarde o temprano el número de espectadores va a bajar. Estamos en un número altísimo, pero no hay más cines, no podemos crecer y habrá un momento que tendremos una programación un poquito menos atractiva, o un Premio Donostia menos, y ese año bajará. Estamos en más de 170.000 entradas vendidas y no sé si llegaremos a 180.000, que sería otro hito.
"Es importante que la persona que me suceda no tenga que gastar el 50% de sus energías del primer año en buscar dinero"
¿Volverá a no haber déficit?
Llevamos catorce años sin hacer un duro de déficit. Este año hemos sufrido mucho, pero creo que vamos a poder sumar un 15º año sin déficit. Es de las cosas de las que más orgulloso me siento.
¿Los patrocinios se han mantenido?
Hemos aumentado. Los patrocinios están muy estables porque los grandes patrocinadores están contentos con el Zinemaldia y nosotros con ellos. Somos muy fieles a ellos. Esto no es una subasta. Sí tenemos una relación con un patrocinador, no nos vamos a ir con otro que nos dé más dinero. Eso es pan para hoy y hambre para mañana.
¿Sería recomendable que las instituciones pusiesen más dinero?
Respondiendo con un poco de humor, el director del Festival siempre va a pedir más (ríe). Estoy muy agradecido a las instituciones. En estos catorce años han creído en nosotros y nunca ha habido una mínima injerencia. Todo lo que hemos presentado ha sido aprobado. Hemos trabajado con una libertad absoluta, y eso es parte del éxito de este Festival. Para el año que viene no voy a pedir nada; intentaremos sobrevivir con lo que tengamos y consigamos, como hemos hecho todos estos años. Pero sí que intentaré pedir más para el nuevo director que me suceda. Cuando no es para ti, puedes pedir con más libertad, porque el que está enfrente entenderá que no tienes un interés en ello, sino que crees en la necesidad de lo que pides. Con el dinero que tenemos se puede hacer el Zinemaldia, pero creo que es importante que la persona que me suceda no tenga que gastar el 50% de sus energías del primer año en buscar dinero y pueda centrarse en conocer bien el Festival. Para eso pediré apoyo económico del Consejo.
¿Qué retos cree que se tendrá que enfrentar el nuevo responsable del Zinemaldia?
Tendrá que ver cómo adaptar el Festival a los nuevos tiempos. Eso es lo que yo ya no sé hacer. Lo que yo quería hacer, ya lo he hecho. Ahora soy incapaz de volver a reciclarme ante un mundo cambiante. No tengo esa fuerza, me he vaciado. Lo que tenía para dar al Festival, se lo he dado. Ahora quiero llevar una vida más tranquila. Por el bien del Zinemaldia, el cambio es bueno. Veo a gente preocupada, pero que no se preocupe nadie. Seguro que el Consejo elige a alguien que pueda hacer el Festival perfectamente, entre otras cosas, porque tiene detrás un equipo muy profesional que va a ayudar muchísimo a quien venga.
En estos nueve días, ¿se ha avanzado algo en la sucesión?
En pasillos hemos hablado. Vamos a convocar un Consejo de Administración en octubre o noviembre. Su idea es poner en marcha el proceso de selección, aunque no sé cuál será. Yo lo que estoy pidiendo es que, a ser posible, para enero o febrero tengamos al sucesor, para que podamos llegar a la Berlinale, donde suelo tener 80 citas. En Cannes suelen ser más. Sería bueno que el nuevo director me acompañase a esas reuniones. Supongo que la persona a la que se va a elegir conocerá a mucha de esa gente del ámbito. Si no, sería un suicidio. No puede ser alguien que llegue aquí y no conozca a nadie en el ámbito internacional de la profesión.
¿Cree que el Consejo de Administración está buscando a alguien de fuera del propio Zinemaldia?
No lo sé, pero sería perfectamente legítimo. Veo que, a veces, las cosas se viven con mucha intensidad y con un sentido trágico de la existencia. Este es un proceso de selección, como el de cualquier empresa. Cualquier miembro del Consejo puede presentar un candidato. Yo lo único que he defendido es que dentro del Festival hay gente preparada para coger la dirección. Seguro que hay otra gente perfectamente preparada. Yo me desvincularé del todo del Zinemaldia, para no influir en nada de lo que se haga. Habrá cosas que me gustarán y otras que no; no quiero que se note. Una vez que me marche del Festival, estaré calladito y solo hablaré para apoyar lo que se haga.
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