Tardes de soledad es, ante todo, “una obra de arte”. Y como obra de arte solo se representa a sí misma. Así ha zanjado el siempre polémico cineasta catalán Albert Serra la marejada que ha levantado la presencia de su nueva película, un documental sobre el torero Andrés Roca Rey, en la Sección Oficial del Zinemaldia. Sin quitarse las gafas de sol y con un sentido del humor cínico, esta máquina de generar titulares ha descrito como “ridículo” el hecho de que PACMA y Podemos Euskadi hayan convocado una concentración en protesta de una película que no han visto. En este sentido, ha recordado que los museos están llenos de cuadros de “gente mala” y que no por eso se pide su retirada. “Una obra de arte está en un museo para ser testigo de ella misma”, ha insistido el director de Pacifiction, película con la que ganó la Palma de Oro en 2022.

Tardes de soledad es el primer documental que ha rodado Serra, un formato que “no quería hacer”. Finalmente, accedió por el compromiso adquirido con el director del Máster de Documental de la Pompeu Fabra de Barcelona. Según explicó ayer, abordar esta cuestión era lo único que le interesaba como idea para la no ficción El cineasta, ha confesado, lo ha rodado desde “la fascinación” hacia el “misterio” que entraña la tauromaquia: “Es una obra sobre la vida y la muerte”. En este sentido, ha buscado “una verdad” sin pararse a escuchar a nadie: “Si escuchase opiniones distintas, nunca rodaría nada”.

No se trata de un documental al uso. No es nada narrativo. Es la suma de una serie de corridas de toros ejecutadas por Roca Rey y su cuadrilla, planteadas de forma austera y sin artificios. Lo que importa es el poder de las imágenes. Se trata de un audiovisual brutal, desagradable y cruel en el que los fotogramas son más que elocuentes. Y pese a todo lo antedicho, es de lo más sólido que se ha visto por ahora en Sección Oficial. Con unos zooms telescópicos y grabando el sonido en directo de lo que dicen unos y otros, Serra saca a la luz una realidad que hasta ahora jamás se había mostrado en pantalla grande.

Además de su actividad en el coso, también se muestra al torero calzándose o retirando su traje de luces, en muchos casos ensangrentado. Los trayectos en camioneta hasta la plaza, por su parte, le sirven a Serra para poner un punto irónico a esta no ficción. En determinado momento, después de que el espectador haya visto una sucesión de algo más de hora y media de un hostigamiento sangriento al animal –dura dos horas y diez minutos y se ve la muerte de cuatro toros con estocada final y el uso del descabello–, uno de los compañeros de Roca Rey dice: “Eres un gran ser humano”. El público del pase de la mañana en el Victoria Eugenia ha estallado en carcajadas... por no llorar.

La película, según ha detallado, surgió en el montaje. Durante la filmación no se fijó si las imágenes eran poderosas o no lo eran, a eso llegó tras un primer cribado subjetivo. Lo que sí pidió a su equipo de cámaras –suele utilizar tres– fue que buscasen “la verdad” de lo que estaba aconteciendo. Se ven todas las fases de una corrida de toros, siempre centrado en el torero, sus acompañantes y el toro siempre sufriente –a excepción de la primera corrida, en la que intencionadamente deja al animal fuera de campo–.

Esto devuelve imágenes verdaderamente brutales y poderosas. Primeros planos de los toros con la lengua fuera, sangrando, clavándoles las banderillas y también muriendo. De hecho, el documental se despide con un primer plano del toro en el suelo, se le ha dado el estoque final pero aún respira. Se le clava el descabello en la base de la cabeza para cortar su médula espinal. Finalmente, el toro muere... pero la imagen habla.