En la primera mitad de los años 70, el montañismo femenino de Japón logró dos hitos mayúsculos. En 1974, tres mujeres, Naoko Nakaseko, Masako Uchida y Meiko Mori, protagonizaron el primer ascenso femenino a un ochomil, el Manaslu, una cima íntimamente ligada a Japón ya que montañeros de este país habían pisado por primera vez su cumbre en 1956.

Solo un año después de la gesta en el Manaslu, en 1975, Junko Tabei se convirtió en la primer mujera que ascendía el Everest. Aquel éxito cambió la vida de esta menuda alpinista cuya trayectoria vital y deportiva ha llevado al cine el director Junji Sakamoto, un viejo conocido del Zinemaldia que ya concursó en el año 2000 y que ahora ha presentado Climbing for life como proyección especial fuera de concurso en la Sección Oficial.

Sakamoto realiza un retrato humanista de Junko Tabei a partir de su sonado éxito en el Everest, una montaña que le convirtió en una celebridad en su país. La película aborda desde diferentes planos el devenir del mascarón de proa de una generación de mujeres que fundaron el primer club de montaña de Japón, fueron rompiendo clichés en un mundo machista y, contra viento y marea, armaron una expedición que hizo historia en una época en la que el Gobierno de Nepal solo concedía un permiso de ascensión al Everest por año y temporada.

Tabei se llevó todos los honores al hollar la cima, lo que le causó no pocos problemas con alguna de sus compañeras de expedición. Porque el alpinismo de alto nivel es un trabajo en equipo, pero la mayor de las veces el éxito se personifica en quien pisa la cumbre.

Las desavenencias con algunas de sus compañeras de cordada salpican el metraje, junto a otro arista que no suele trascender mediáticamente cuando un montañero o una montañera se enfrenta a un ochomil: los que se quedan en casa.

En este caso, el marido de Tabei, Masanobu Tabei, su soporte, un personaje extremadamente generoso que apoya a su mujer tanto en sus años de logros por las cumbres como en su larga convalecencia cuando le diagnostican un cáncer.

Shinya Tabei, en la presentación del filme en Donostia Alex Abril

Shinya, hijo de Junko, es el contrapunto a su padre, un joven al que le cuesta asimilar ser “el hijo de” y cargar con la pesada mochila que supone ser el vástago de una celebridad. La propia historia de Tabei y los personajes que la arropan configuran una historia bella, dulce como la personalidad de la protagonista.

El director apenas se recrea en la ascensión al Everest (las películas sobre los ochomiles rara vez funcionan bien) para centrarse en la figura de una montañera perseverante que cambió la historia del montañismo.